Duendes campeón. Una frase repetida en los últimos siete años pero que no por eso deja de ser válida. Duendes campeón, aunque esta vez la obtención del máximo halago costó y mucho. Costó sangre, sudor y lágrimas.
Por Pablo Mihal
Duendes campeón. Una frase repetida en los últimos siete años pero que no por eso deja de ser válida. Duendes campeón, aunque esta vez la obtención del máximo halago costó y mucho. Costó sangre, sudor y lágrimas.
El Fantasma venció sus propios fantasmas y pudo festejar en un año que se presentó complicado, con un recambio pronunciado en puestos clave y con condimentos extradeportivos como la muerte de Joaquín López y la severa lesión de Ignacio Maeder, acontecimientos que calaron hondo en el seno verdinegro pero que no pudieron quebrar el espíritu ganador del club del barrio Las Delicias.
Es cierto, no fue el Duendes de ediciones anteriores. Analizándolo fríamente fue un equipo que estuvo lejos de mostrar un alto nivel de juego y hubo muchos partidos que los ganó sin sobrarle nada. De hecho, antes de la clasificación para la instancia final, eran más dudas que certezas las que rodeaban al equipo. Es que en cierta manera estaba pagando el precio de la adaptación de los nuevos jugadores a la maquinaria verdinegra, algo que quedó en evidencia en las intermitencias que tuvo en el juego.
La baja producción del Fantasma alentó a muchos a pensar que en esta temporada Duendes ponía fin a un ciclo exitoso, pero no fue así. Cuando parecía que el equipo de Las Delicias sufría un golpe de nocaut, reaccionó y dio pelea hasta el final.
Si Gimnasia y Esgrima le hubiera ganado a Jockey Club en la sexta fecha de la zona Campeonato la historia hubiera sido otra, porque Duendes hubiera quedado peleando por el quinto lugar. Pero no, ganó el verdiblanco y eso posibilitó que el verdinegro se metiera en las semifinales, donde se vio cara a cara con su archirrival.
Había entrado por la ventana, pero entró. Y una vez adentro de la etapa decisiva mostró el temple y el oficio de un verdadero campeón. En las cuatro hectáreas venció a Jockey Club en una de las semifinales y con ese golpe anímico jugó el partido decisivo ante un Old Resian que no dejó de sorprender, ganando un encuentro que no supo de respiro.
Duendes campeón. Por séptima vez consecutiva y la undécima desde que el Regional del Litoral es el torneo oficial para los equipos de la Unión de Rugby de Rosario el verdinegro se ubicó en el sitial más alto, el que todos quieren pero que sólo uno llega. Por un año más, el cetro le pertenece. ¡Salud, campeón!