Central tiene una semana por delante para reacomodar el tablero de acción y afrontar el clásico del domingo ante Newell's de la mejor manera posible. Tal vez hoy sea uno de los lunes más complejos en lo que va de la gestión de Eduardo Coudet, ya que el Chacho tiene mucha tarea para realizar en los próximos días en pos de reconvertirle la cara al funcionamiento individual y colectivo de sus dirigidos. No es que su equipo esté en crisis ni mucho menos, pero el Canalla necesita evidenciar una notoria reacción anímica y futbolística tras lo que fue el duro traspié del sábado ante el líder Estudiantes. Además del derby luego llegará el 2 de noviembre el duelo trascendental ante Boca, en lo que son dos partidos de inconmensurable trascendencia para lo que resta del semestre. Desde lo simbólico y lo motivacional en el primer caso, más allá de los tres puntos que hay en juego por el torneo local, y en cuanto a mantener vivo el sueño de ingresar a la próxima Copa Libertadores, que sería viable si el Canalla supera los cuartos de final ante los xeneizes en Copa Argentina, no hay dudas de que estos cotejos irradian valor por donde se los mire.
Está claro que los auriazules no llegan de la mejor manera al derby rosarino. Por eso es una semana para parar la pelota, clarificar las ideas estratégicas, focalizar las energías en hacer una mirada introspectiva y no echarle la culpa de los defectos exclusivamente a los árbitros de turno, buscar las opciones para las piezas clave que se deben suplantar (expulsión de Giovani Lo Celso, baja por lesión de Damián Musto y más que en duda Walter Montoya por una dolencia en la rodilla) y por sobre todas las cosas que este grupo recupere la confianza en lo individual y colectivo, ya que se preparó para ser protagonista y hoy la tabla de posiciones del torneo local lo encuentra relegado de los puestos de vanguardia (marcha a ocho unidades del puntero Estudiantes).
Como primera medida los canallas deberán ajustar las clavijas en el juego. La defensa auriazul ante el Pincha volvió a mostrar filtraciones que deberán sellarse urgente. No fue buena la producción de los laterales Víctor Salazar y José Luis Fernández, pero más flojo aún fue la falta de coordinación de Esteban Burgos y Hernán Menosse. Por ello no habría que descartar retoques nominales en el aspecto defensivo más allá de que podrá volver Cristian Villagra tras superar una dolencia muscular.
En la mitad de la cancha es donde asoman más dudas (ver aparte). En caso de que no llegue Walter Montoya y con las bajas de Damián Musto y Giovani Lo Celso, el Chacho deberá armar prácticamente un mediocampo nuevo.
Una buena noticia es sin dudas que estará en condiciones de reaparecer Teófilo Gutiérrez, un delantero extraordinario, ideal para afrontar este tipo de partidos picantes, que seguramente tendrá muchas ganas de demostrar sus condiciones en Central, ya que hasta acá las lesiones musculares le jugaron una mala pasada al colombiano.
Un plano en donde deberá también focalizarse el Chacho es en no transmitirle su ansiedad al equipo en estos partidos cruciales que hay por delante. Más allá de la intensidad lógica con la que el DT vive los partidos y que por haber sido expulsado ante Estudiantes seguramente no podrá estar en el banco ante Newell's, está claro que Coudet debe tranquilizarse primero, para irradiarle estabilidad emocional a sus jugadores. Desde lo conceptual no hay ninguna duda que es de los mejores técnicos del país, pero debe corregir su comportamiento más allá de las injusticias de los árbitros de turno.
Central se preparó para ser protagonista del torneo y sin dudas aún no pudo lograr la regularidad esperada en cuanto a juego y resultados. Resta muchísimo camino por delante y el Canalla está a tiempo de todo. Igual es momento de empezar a encontrar certezas en cuanto al funcionamiento y que los baches que tiene en su rendimiento comiencen a solucionarse. Hay plantel y un técnico inteligente para lograrlo.