La goleada que le propinó ayer Defensa y Justicia a Atlético Tucumán le dolió más a Central que al propio Decano. Y no es para menos. El Halcón acopió tres puntos de oro. El plus es que desplazó al canalla de la confortable zona de los protagonistas que pugnan por jugar la próxima Copa Sudamericana cuando restan apenas dos citas para que cierre la temporada. Sin embargo, los auriazules no se resignan a quedarse afuera del circuito internacional. Saben que ya no dependen de sí mismos para sacar el boleto. Aunque a la vez buscarán cerrar como sea el ciclo obteniendo el objetivo interno. La misión no será nada sencilla. Tampoco imposible. De ilusión y esperanza vivirá más el pueblo centralista hasta el campanazo final. La 28ª fecha arrojó varios resultados que hicieron mover el amperímetro pasional. Y tambalear algunos proyectos a corto plazo. Boca sigue liderando las posiciones. Y además ganó un poco más de terreno en pos de obtener cuanto antes el título tras el inesperado triunfo de Racing ante River, que quedó oficialmente fuera de carrera por la corona en el Monumental. No obstante, en Arroyito sonaron las alarmas. No precisamente porque la derrota del pasado viernes contra Banfield haya marcado un quiebre real en las aspiraciones de Central por conquistar la meta trazada cuando asumió Paolo Montero, antes del reinicio del certamen. Sino que el triunfo de Defensa y Justicia ante los tucumanos le hizo saltar la térmica al ánimo canalla. Y no es para menos. El representativo de Florencio Varela trepó al undécimo lugar de las posiciones. La misma que otorga la última plaza a la próxima Sudamericana. Justo el lugar que ocupaba el conjunto auriazul tras haber puesto la mejilla contra el Taladro. El Halcón le sacó una pequeña luz de ventaja al anhelo de Montero y compañía. Porque ahora acumula 43 puntos contra los 42 de los rosarinos. La diferencia es mínima, es cierto. Pero Defensa no tendrá que mirar hacia atrás en estas dos fechas que restan para cerrar el calendario deportivo. Ni depender de los demás para clasificar directo. Es cierto que antes deberá sortear dos duros escollos. Visitará pasado mañana a Temperley desde las 18.30, mientras que el próximo domingo recibirá a Gimnasia con la mente puesta en ponerle el broche dorado a su campaña. Uno pelea por evitar el descenso y el otro por el mismo objetivo copero. A la vez que Central no se quedará con los brazos cruzados. Porque mañana mismo buscará dejar sentado en el Gigante contra Talleres (también rival directo), desde las 21.15, que está dispuesto a darle pelea al conjunto bonaerense hasta el último suspiro. Luego visitará a San Martín en San Juan, que no lucha por nada, con la misma ilusión a flor de piel que tiene en la actualidad. En Arroyito tienen más que en claro que la empresa será compleja. Como también que cuentan con el suficiente ímpetu y equipo como para redondear una buena temporada tras un primer semestre para el olvido. Con el arribo de Montero, Central renovó los votos de confianza. No en vano repuntó de manera destacada en este último tramo del torneo largo. Dando además sobradas muestras de equilibrio entre sus líneas y un juego más compacto que cuando era dirigido por el Chacho Coudet. Ya lo dijo el propio entrenador uruguayo tras la derrota a manos de Banfield. "Estamos obligados a ganarle a Talleres. Tenemos que conseguir los tres puntos porque ahora no dependemos de nosotros para clasificar a la Sudamericana", expresó con raciocinio el técnico y como presagio de lo que terminaría deparando la 28ª fecha. Sin embargo, eso no representa que el canalla tirará la toalla. Todo lo contrario. Buscará ganar sus dos desafíos y esperar que Defensa (también Lanús o hasta Colón) dé un pasito en falso para volver a meterse en zona copera. Porque si algo quieren los jugadores y el cuerpo técnico es alcanzar el objetivo jurado puertas hacia adentro: clasificar a la próxima Sudamericana. Y en eso siguen. Soñando para poder hacerlo realidad en el próximo fin de semana.