Bastó que Coudet moviera la estantería para que Central reaccionara, recién a los 50'. Lo Celso y Montoya a la cancha por Bordagaray y Colman, ambos intrascendentes. Casualidad o no, Gio la inició, Camacho asistió, Ruben intentó definir y Montoya la metió. Un punto de inflexión (53') enorme para un partido hasta ahí chato, ordinario. Qué decir de lo que ocurrió apenas tres minutos después, con ese zapatazo infernal que Camacho clavó en el ángulo. A partir de ahí todo fue relajación, tranquilidad, hasta que apareció la infantil expulsión de Montoya (a 15' del final), que dejó el partido diez contra diez. Fue el momento en el que el Canalla fue víctima de algunas descompensaciones, pero nada que alterara el monocomando del juego que había ya instalado, básicamente a partir de la tenencia y la categoría de Lo Celso. La roja a Ferrari sí metió temor, más allá de que con uno menos Central tuvo todo para liquidarlo en un par de contras, antes de que Bertochi marcara el descuento.