Si de eficacia se trata, Central pagó en efectivo. Agarró todos los fajos que tenía en las arcas y los tiró sobre la mesa, justo un par de días después de que el propio Coudet afirmara que el gran déficit del equipo anidaba en falta de contundencia. Marco Ruben, el primer delantero que marca en el torneo, fue el dueño de los grandes flashes de la tarde en el Gigante. Y en medio de la luminosidad la aparición del Central que todos quisieron ver desde las primeras fechas, que en definitiva es lo que cuenta. Porque la versión de ayer es la que más cerca está de ese equipo intenso, capaz de resolver los partidos de una manera relativamente sencilla ante rivales de poca envergadura como lo es Arsenal. Igual no hay nada que le quite méritos a este triunfo a todas luces que metió el Canalla en la previa de una seguidilla de partidos que se las traen: parate de por medio se vienen Estudiantes, Boca por Copa Argentina y el clásico.