Central explotó en un festejo tan eufórico como interminable tras el triunfo sobre Godoy Cruz por 3 a 2 que le dio el pasaje a la semifinal de la Copa Argentina. No tanto por el qué, sino más bien por el cómo. Porque consiguió una de esas victoria que quedan en el recuerdo de los hinchas. Fue absolutamente sufrida y cargada de emociones. Por eso la celebración con el pitazo final del árbitro Ariel Penel contó con una importante cuota de desahogo.
Era un partido clave. No por la instancia. Era un compromiso fundamental para el futuro del club. Porque también estaba en juego la continuidad del entrenador uruguayo Montero, quien había condicionado su continuidad al resultado del partido.
Así, con un triunfo que tiene ribetes de hazaña por la manera en que se sustanció, Central espera por el ganador del partido que protagonizarán mañana Atlético Tucumán y Vélez para saber quien será su rival en la instancia previa a la final de la Copa.
El partido se le presentó de la peor manera al canalla. A los 54 segundos se quedó son un hombre menos y un puñado de minutos después perdía por 1 a 0. Para colmo de males, a los 38' el delantero Marco Ruben erró un penal y el Tomba respondió estirando la ventaja.
Así fue el cierre de un primer tiempo fatídico. Pero el canalla no bajó los brazos y terminó consiguiendo un triunfo heroíco. A los 15' Camacho consiguió el descuento, después el elenco mendocino también sufrió una expulsión, y los de Montero terminaron dando vuelta el partido con tanto de Carrizo y Zampedri.
La primera jugada del partido condicionó al equipo del uruguayo Paolo Montero. El zaguero Fernando Tobio le cometió una infracción desde atrás al delantero Santiago Garcia cuando entraba al área, y vio la roja directa.
De entrada, el canalla debió afrontar uno de los peores escenario imaginables. Pero hubo lugar para más. A los 6' el Tomba se puso en ventaja. El atacante García se encontró con la pelota en el borde del área tras un error individual y sacó un derechazo rasante que dejó sin opciones al arquero Diego Rodríguez.
A partir de ese momento el tenor de partido fue el esperado. Godoy Cruz manejó la pelota y los tiempos del partido, mientras que Central apostó a mantenerse firme en el fondo y a intentar agarrar mal parado a su rival de turno.
El equipo de Montero estaba contra las cuerdas. Pero no aflojaba. Apostaba a un golpe de nocaut que le permita cambiar la historia. Y tuvo la chance de dar el golpe de suerte a los 38' en el botín del delantero Marco Ruben, quien se paró adelante de la pelota luego de que el árbitro Ariel Penel marcó penal para el canalla tras un agarrón al atacante Germán Herrera.
Ruben definió rasante y bien esquinado, pero el arquero Burián adivinó sus intenciones.
Para colmo de males, Godoy Cruz volvió a pegar. El mediocampista Angileri conectó un córner de cabeza en el corazón el área y estableció el 2 a 0.
Lejos estuvo el Tomba de conformarse con la ventaja. Todo lo contrario. Metió a Central contra su arco y llegó con peligro. Y si no se puso en ventaja fue gracias a un dar de salvadas del Ruso Rodríguez.
Así terminó el primer tiempo. Con un Central ampliamente superado.
En el complemento el tenor del partido fue el esperado. Montero movió el banco de suplentes apostando a dar vuelta el partido. Pero estaba claro que era matar o morir. Y había muchas más chances de que prime la segunda opción.
Pero a los 15' la moneda cayó para el lado del canalla. Camacho se encontró con la pelota en el borde del área, remató cruzado y descontó. Entonces, se encendió la ilusión auriazul.
A partir de ese momento Central comenzó a mostrar señales más positivas. A fuerza de temperamento y algunas pinceladas de juego arrinconó a su rival.
Y a los 27' el destino le hizo una suerte de guiño. El mediocampista Pol Fernández fue a disputar la pelota con los pies para adelante y vio la roja directa.
El escenario era otro totalmente distinto en un abrir y cerrar de ojos Central dejó el papel de partenaire para convertirse en protagonista. Y el que interpretó el rol de héroe fue el Pachi Carrizo, quien tras una gran habilitación de Camacho estableció el empate picando de la pelota de una manera excepcional.
Central aprovechó el envión y fue por el triunfo. Y tuvo dos chances clarísimas de ponerse en ventaja. Pero en ambas oportunidades el travesaño le dijo no. Primero a Carrizo y después a Mauricio Martínez, quienes estallaron la pelota en el horizontal tras sendos remates desde el borde del área.
El equipo de Montero tuvo una más, y no la desaprovechó. A los 42' el delantero Zampedri conectó un tiro libre de cabeza en el segundo palo, puso en ventaja a su equipo e hizo estallar la locura canalla.
Sólo quedó tiempo para un par de jugadas y para ver a Central aferrándose a una victoria que por momentos fue totalmente inesperada. Por lo menos parecía poco factible. Quizás por eso todo el plantel se fundió en un abrazo interminable tras el pitazo final.
Fue un festejo desenfrenado. Eso se vio en la cancha. Pero no sólo eso dejó el partido. Los jugadores sacaron un partido impresionante adelante que significó el apoyo a Montero, que tomó una bocanada de aire importante de cara a lo que viene.