Lo que parecía un empate clavado terminó en derrota para Central. Es que en la última jugada del partido entre los equipos alternativos Talleres encontró el gol en los pies de Mauro Ortiz para el 1 a 0 definitivo. Lo destacado del juego fue la presencia nuevamente tanto de Santiago Romero como de Marcelo Ortiz, dos de los jugadores que también llegaron como refuerzo.
Tal como ocurrió el pasado miércoles contra Sarmiento, Romero tuvo un partido más que aceptable. Parado en el centro del campo como volante central, el uruguayo mostró solidez, pero sobre todo buena ubicación. Sí está claro que por ahora Montero no lo piensa como pieza clave entre los titulares, por lo que el ex Nacional deberá luchar para intentar ganarse un lugar.
Lo de Ortiz fue sobrio. Estuvo firme en la mayoría de las veces que lo exigieron, pero falló en la última jugada. Allí Mauro Ortiz lo encaró y se impuso en el mano a mano para vencer la resistencia del arquero Miño.
Otra vez Montero debió improvisar. Porque Hernán Da Campo arrancó como lateral por derecha, hasta que con el ingreso de Sebastián Giménez sí pudo ocupar su puesto natural (volante), mientras que Maximiliano González fue el ladero de Ortiz en la zaga central.
Una de las pocas chances que tuvo Central fue un cabezazo de Romero en el segundo palo que se fue desviado tras un tiro libre de Pablo Becker. Mientras que Talleres sólo dispuso de un remate desde afuera del área de Nicolás Giménez.
Romero fue también quien asistió a Herrera en el comienzo del segundo tiempo, pero el Chaqueño, mano a mano con el arquero, remató desviado contra el palo izquierdo. En ese segundo tiempo fue importante la presencia de Miño, quien en dos ocasiones tuvo que exigirse para evitar la caída de su arco. Lo propio tuvo que hacer Mauricio Caranta ante una arremetida de Becker.
Y cuando todo iba camino al empate Talleres logró inclinar la balanza. En el duelo Ortiz contra Ortiz el cordobés supo imponerse y cuando quedó cara a cara con Miño cruzó su remate contra el palo izquierdo. Después de eso Central tuvo apenas un par de minutos más por delante, que no supo aprovechar, lo que le valió quedarse con las manos vacías.