Hacía desde el 21 de mayo, en el 4-1 a Racing en el Gigante, que Central no ganaba un partido oficial. Tampoco fueron tantos acumulados desde entonces y la mayoría fue parda (5), pero los 6 sin alegrías eran una barrera a vencer y el equipo de Paolo Montero lo hizo el domingo último en La Paternal. Por eso se valora más la victoria ante Deportivo Riestra. Además porque en la Copa Argentina no hay revancha y sólo sirve ganar, aunque sea por penales. Sin dejar entonces que esa contingencia de cierre de la temporada pasada sobre todo, y comienzo de esta, lo afectara, lo que cabe ahora es ir mejorando en los aspectos futbolísticos para que el desarrollo no imponga dudas. Se viene el estreno en el Gigante el domingo (16.05 frente a San Lorenzo) y, una vez que se sepa cuál es el próximo rival copero, preparar el camino hacia los cuartos de final del certamen más federal del país, instancia en la que, excepto en la edición 2013, siempre estuvo.
Habrá que ver si para el sábado debutará Fernando Tobio, si Mauricio Martínez pasa a la mitad de la cancha y si retorna Alfonso Parot. Por lo pronto, la tarea para Montero probablemente esté en el sector central de la mitad de la cancha, para ver si desde ahí puede generar más juego que con la dupla Santiago Romero-Leonardo Gil. También en potenciar los dos
extraordinarios 9 que hoy tiene Central. Fernando Zampedri parece que se acomodó rápido en jugar al lado de Marco Ruben,
pero no se vio lo mismo de parte del de Capitán Bermúdez.
En el primer ítem, sonó exagerada la presencia ante Riestra, un equipo que sólo se metió atrás, de dos 5 que en conjunto son de características más defensivas que ofensivas. Más allá de la saludable intención de Gil de pedir la pelota y hacerla circular, su marca de volante mixto sumada a la de 5 retrasado de Romero le quitó a Central más preponderancia para herir a un rival que aún no pisó la B Nacional y se abroqueló bárbaro. Se suponía que en el entretiempo Montero iba a mandar a la cancha a Colman pero recién lo puso al final. Al no tener además por las bandas mucha penetración en los pies de Camacho y Carrizo, se notó más esa falta de sorpresa por el medio y todo fue muy reiterativo. Fue incisivo en algunas trepadas de Elías Gómez, algún centro al área de Ferrari y en la pelota parada de Gil. Poco por el oponente, aunque suficiente para ganar.
¿Qué tiene Montero para probar? El posible adelantamiento de Mauricio Martínez no promete solución en ese sentido, por sus características. Quizás mover a algunos de los externos al medio ayude o darle más rodaje a Colman (que en la copa se calzó la 10 canalla). De todas formas, la receta ofensiva canalla, teniendo los 9 que tiene, pasa por asistirlos con frecuencia y, ya sea por las bandas o desde el centro, valdrá en tanto y en cuanto les llegue más.
Precisamente, en ese otro ítem mencionado, las soluciones son más que prometedoras. A Zampedri no pareció inquietarlo compartir la zona con Ruben y a Marco hay que verlo con los partidos, cuando vuelva a tomar ritmo de competencia, ya que no pudo hacer bien la pretemporada. Semejantes goleadores, aun cuando se los vio demasiado juntos en los dos partidos, tienen con qué complementarse y rendir en dúo.
Estuvo cerca de ganar en Santa Fe y fue más que Colón. Debió desembarazarse más fácil de Riestra pero al fin le ganó bien. Este segundo semestre promete. En dos partidos apenas dejó una buena base desde dónde seguir creciendo.