La previa no mentía. Mucho menos era exagerada. Amén de la vuelta del fútbol y de la cobertura de ilusión que sobrevolaba Arroyito había un interés particular en algunos detalles puntuales. La presencia y desenvolvimiento futbolístico de Teófilo Gutiérrez era uno. Su entendimiento con Marco Ruben, otro. Uno más, y quizás el principal: la conjunción de esos talentos en pos, justamente, de esa ilusión. Pero menos de 90 minutos de fútbol cachetearon esos ejercicios imaginarios. Ruben afuera en el entretiempo por una lesión en la zona de la cadera. Teo dejando la cancha a los 27' del complemento después de pedir él mismo el cambio. Tenía todo en cancha. Por eso se aspiraba a todo (léase triunfo). Imposible afirmar si con ellos en plenitud la degustación hubiese sido otra. Sí se trató de un contratiempo. Importante por cierto, que lejos debiera estar para obrar de excusa a la hora de explicar por qué Central no pudo con Defensa y Justicia en un partido que debió resolver claramente en el primer tiempo y que disputó cabeza a cabeza en el segundo.