A Newell's no le da para ser campeón. No tiene la consistencia futbolística necesaria. Tampoco a los jugadores para poder decir "ojo conmigo". Ni la obligación. Encima, en la carrera hacia el primer puesto, se le presenta un adversario que reúne más condiciones y, además, no se cae. Claro, es muy difícil aceptarlo. Y ni hablar de hacerlo cuando quedan 10 fechas para el final. ¿Qué hace allá arriba? Llegó por méritos propios, fallas ajenas y porque los otros equipos que lo rodean tampoco son superiores al que formó Osella. Puede gustar o no, es discutible. Mientras tanto, los ñubelistas deben disfrutarlo. A esa posición de escolta que goza hace rato no es sencillo llegar, menos mantenerse. Y el gustito se saborea, es lógico. Pero no debe marear. El gran inconveniente es cuando se presenta el dilema de arriesgar por más. Si le conviene hacerlo. Más allá de si puede. Entonces la lógica conduce a intentar con este paso corto y firme seguir ahí prendido.