Décadas atrás las mujeres se insertaban en la sociedad de un modo muy diferente al actual, por entonces su función quedaba circunscripta al ámbito familiar y el modelo patriarcal era el dominante en el ámbito privado. Así lo entendía la legislación civil vigente de aquella época.
En cuanto a derechos no tenía ni siquiera derecho al voto. Era evidente que en su cultura no se había desarrollado la facultad y la posibilidad de elegir, aunque sin duda hubo mujeres excepcionales y valientes que si fueron capaces de hacerlo.
Con los tiempos tales ataduras fueron cediendo, la mujer comienza a protagonizar un avance social y cultural de magnitudes histórica poco frecuentes. En la actualidad la realidad es muy diferente, nos encontramos que comienza a desempeñar diversos roles de poder en la sociedad, tanto en lo laboral, económico, académico, familiar, social y sexual, resignificando el derecho a elegir su destino. Estamos, entonces, en un proceso exponencial que no se agota solo en las conquistas obtenidas.
Muchos hombres que por determinados y múltiples motivos no alcanzan a acompañar este nuevo cambio, reaccionan ante este proceso de una manera excesiva, primaria y brutal… ¿Narcisos, psicópatas?...
El núcleo de la solución es pensar por qué tipo de limitación cultural o psicológica, ciertos hombres se ven desbordados y no toleran tales progresos… ¿Qué los incomoda?
El rol histórico del hombre ha sufrido un agravio, aunque ello de ningún modo impacta,obviamente, del mismo modo en todos los sujetos. La mayoría procura acompañar, entender y entonces aceptar el rol que la mujer viene a ocupar en la actualidad.
Sin embargo, la abultada ocurrencia de hechos de femicidio nos lleva a reflexionar acerca de que no todos los hombres pueden asumir y adaptarse a los avances en esta nueva etapa. Podría pensarse que este progreso se constituye en una seria amenaza a su narcisismo.
Ciertas personas en el curso de su desarrollo han experimentado perturbaciones, por las cuales eligen su objeto de amor según el de su propia persona. A esta elección de objeto se la llama "narcisista". De modo que el otro debe responder a sus ideales.
Entonces es dable pensar que ven en el otro solo su propio ideal, no pudiendo elaborar el resquebrajamiento de su imagen. Este descontento, al ver peligrar los lugares y roles de los que gozaba en modo absoluto, anima en su interior una irrefrenable e intensa hostilidad, que termina conduciéndolo al aniquilamiento del otro como única solución posible. La periodista colombiana Jineth Bedoya, defensora de los derechos humanos y particularmente de las mujeres, ha dicho que "la violencia de género es una pandemia mundial que nos está carcomiendo,y que se necesitan hombres que entiendan que atacar a las mujeres es atacarse a si mismo.
Finalmente, entiendo que la evolución de la historia es siempre producto de la adaptación del ser humano, por difícil que ello sea.
Franca Borgonovo
Piscóloga