Es curioso, pero hay inversores que están obsesionados con abrir hoteles. ¿Capricho de millonarios? Y justo en una ciudad donde la semana pasada los empresarios del sector advirtieron sobre la crisis de la actividad. ¿Les encanta hacer malos negocios? Esas son apenas algunas de las dudas que sobrevolaron el jueves pasado cuando el Concejo autorizó la construcción en la zona de Puerto Norte de un hotel de la cadena Sheraton, para lo cual aprobó casi sin debate un mensaje de la Intendencia que otorga una excepción a la normativa urbanística en esa área. ¿Para qué están las ordenanzas si después vienen las excepciones? Pero el dato que también llama la atención es quién está detrás de este millonario proyecto: allí aparece el rosarino Carlos Hugo José Gianni, empresario ligado al turismo pero también a contratos con el Estado, y que actualmente está procesado por el juez federal Daniel Rafecas acusado de actuar como testaferro del detenido ex funcionario kirchnerista José López. El ex secretario de Obras Públicas se hizo famoso por un escándalo de corrupción tras ser pescado in fraganti revoleando bolsos con nueve millones de dólares en un convento de General Rodríguez (provincia de Buenos Aires).
Ya no sorprende a nadie que los negocios de algunos influyentes y poderosos reescriban en los hechos las ordenanzas a su conveniencia e intereses, o busquen el guiño de las autoridades para que les den luz verde a sus reiteradas excepciones. Tal es el caso de lo que ocurrió el jueves pasado en el Concejo: con el argumento de que la ciudad incorpora "un nuevo desarrollo hotelero de gran envergadura", se aprobó en forma exprés el mensaje Nº 42/16 de la Intendencia que modifica la ordenanza 8.320/08, que regula la renovación urbana del área Scalabrini Ortiz-Puerto Norte. Esa normativa sólo permite construir en esa parcela del frente ribereño hasta 21.000 metros cuadrados y 48 metros de altura. Pero ahora, gracias a esta excepción, el proyecto del Sheraton podrá tener 41.500 metros cuadrados y tres torres de hasta 130 metros de altura (están programados un hotel, complejo de viviendas y centro de convenciones). Además, se cambiaron los criterios de preservación de los silos que allí existen. Como compensación, el desarrollador deberá pagar $20 millones a la Municipalidad. La iniciativa se aprobó con 15 votos a favor (oficialismo, PRO, los radicales Daniela León y Martín Rosúa, y Diego Giuliano y Carlos Cossia), 6 en contra (Ciudad Futura, los peronistas Eduardo Toniolli y Norma López, Fernanda Gigliani y Celeste Lepratti) y tres abstenciones (Jorge Boasso, Osvaldo Miatello y Carola Nin). Quienes se opusieron denunciaron que el proyecto aprobado es "un traje a medida" del desarrollador privado.
El empresario que aparece públicamente detrás de esta iniciativa es Carlos Gianni, titular de la firma rosarina Turicentro Viajes SA. La iniciativa nació en 2009 en sociedad con Servicios Portuarios SA, dueña del terreno donde hoy se encuentra el viejo silo de la Unidad III, pero nunca se llegó a un acuerdo. Luego el propio Gianni compró el predio a través de Turicentro Viajes SA y presentó el año pasado en la Intendencia el proyecto con el pedido de excepción que finalmente tuvo luz verde.
Los antecedentes del empresario que lidera el emprendimiento del Sheraton no son como para pasarlos por alto. Gianni actualmente está procesado en una de las tres causas en las que se investiga al detenido ex funcionario kirchnerista José López por el delito de enriquecimiento ilícito. En este caso la Justicia sospecha que el ex secretario de Obras Públicas ocultó la compra de un lujoso departamento en Barrio Norte, que en los papeles figura a nombre de Marketing y Eventos SA, firma cuyo titular es precisamente Gianni. Ese departamento estuvo "alquilado" desde 2011 a 2016 a la hija adoptiva de López, Mariana Soulés, con un contrato con opción a compra. Pero el juez Rafecas sostiene que esa propiedad formaría parte del patrimonio del ex secretario de Obras Públicas, quien se habría servido, como fachada o prestanombre, de Marketing y Eventos SA. Así, Gianni está acusado de ser testaferro de López.
Gianni mantuvo variados negocios con el Estado a través de un ramillete de empresas. La propia firma Marketing y Eventos fue beneficiada con varios contratos durante los gobiernos kirchneristas (montaje de stands en Tecnópolis y proveedor de merchandising para los festejos del bicentenario, entre otros) y con pauta oficial.
Incluso Turicentro, que ahora aparece detrás del proyecto Sheraton Rosario, fue la agencia que tuvo desde 2003 a 2012 el contrato para venderles los pasajes aéreos a la Presidencia de la Nación y a distintos ministerios.
Pero hay más. Gianni también aparece como propietario de otras compañías. Una de ellas es International Trade Fairs SA, en sociedad con el abogado Jorge Oscar Chueco. Este letrado junto al empresario santacruceño Lázaro Báez se encuentra detenido por una causa de lavado de activos que supuestamente provienen de sobreprecios en las obras públicas.
Y por si fuera poco, y a través de Turicentro Viajes SA, Gianni es copropietario junto a Carlos Enrique Long de la firma Camax SA, que se dedica a operaciones inmobiliarias, turísticas y hoteleras. Y Long, simultáneamente, es socio del empresario periodístico santacruceño Rudy Ulloa en la financiera Cumehue SA.
Desde abril de 2014, está vigente en Rosario una ordenanza que impone un control económico y financiero sobre las grandes inversiones que se realizan en la ciudad. La norma busca prevenir el lavado de activos y garantizar la licitud de origen de los fondos. ¿Se aplicó o se aplicará para el caso del Sheraton Rosario?