Hace unas semanas, salió una nota en medio capitalino con "Las 10 cifras más alarmantes del informe de la UCA sobre la infancia en la Argentina", que fue posible gracias al notable trabajo del Observatorio de la Deuda Social que con su lúcido estudio nos muestra nuestra Nación profunda y dolorosa. Los datos son contundentes: uno de cada cinco niños argentinos tiene problemas de desnutrición. Duele en el alma saber que los pobres de hoy, son los hijos de los pobres de ayer. No puedo negarlo: me hizo llorar un largo rato ese informe. ¿Por qué somos tan tolerantes ante el sufrimiento de los más desamparados? ¿Sólo nos impactan las imágenes de los niños fallecidos en el extranjero? ¿Es deber exclusivo de los políticos el involucrarse en la solución de esta tragedia, o la exigencia moral se extiende a todos los argentinos de buena voluntad? Los que son capturados por la muerte prematura, no sólo son víctimas de un daño individual que habría que haberles evitado, sino que constituyen también una herida social impactante que nos afecta a todos. Nos estamos suicidando desde hace décadas y pareciera que no nos dimos cuenta. ¿Cómo se come en la pobreza? Aun peor, ¿cómo será vivir sin saber si se podrá comer mañana, pasado y en los próximos días? En los primeros ranchos que visitamos –diría aquel luchador incansable que es el doctor Abel Albino–, nos dimos cuenta de que cuando es tiempo de ajo, comen ajo. Desayunan ajo, almuerzan ajo, meriendan ajo y cenan ajo. Cuando es tiempo de papa, papa. Cuando es tiempo de cebolla, cebolla; y cuando no es tiempo de nada, nada. ¿Cómo será llegar a tu casa y no tener nada para comer? ¿De dónde sacan valentía para decírselos a sus hijos? ¿Qué fuerzas puede tener una persona para ir al otro día a trabajar o un niño a estudiar, si se fue a dormir con lágrimas de hambre? ¿Y si no es sólo eso? ¿Puede haber algo más complejo y doloroso? Sí. El hambre es un síntoma, la desnutrición es una enfermedad social profunda que merece posiblemente una generación para quebrarla. Por eso nadie habla del tema. Un niño que fallece por este flagelo, ha sido asesinado por la indiferencia. Como también, un desnutrido no recuperado, lo será para toda su vida. No es un problema de edad, es una cuestión de tiempo. Lo que no se hizo en su primera infancia, se reflejará en su limitado y atrofiado cerebro. Su discapacidad será invisible para los demás. Ese es el horror, la herencia y el drama oculto de esta patología social originada en la extrema miseria. En 24 horas, en esta tierra bendita, nacerán más de 600 bebés en condición de pobreza. ¿Qué haremos? Yo tengo una propuesta: acompañar a quienes no han retrocedido jamás ante la cruda realidad. La Fundación Conin cumplió en septiembre 23 años; es decir, hace 201.480 horas viene haciendo una labor monumental, habiendo recuperado a más de 16 mil infantes. Su combate es arduo y tenaz. Se renueva con cada madre embarazada ya que solamente cuentan con mil días para que cada uno de sus hijos alcance su verdadero potencial genético. ¿Imaginamos lo que sería que se convirtiera en política de Estado nacional su metodología y llegara a los 3.000.000 de niños que tienen déficit alimentario? ¿Podemos proyectar lo que sería del país si simultáneamente se hiciera un trabajo de saneamiento ambiental que proveyera de cloacas, luz eléctrica, agua corriente y potable a cada casa argentina? ¿Somos conscientes de con qué naciones podríamos competir con ese capital humano, en tan sólo 30 años? Pensemos en las próximas generaciones; una vez, por favor, hagámoslo.
Coordinador del libro "Así se combate la desnutrición", escrito en conjunto con el doctor Abel Albino
El gran robo
del siglo
Dicen que hay que cuidarse de la "bestia herida" que ataca. Esto le sucede a toda la banda kirchnerista y a su deplorable militancia de La Cámpora, al haberse descubierto "el gran robo del siglo", por todos conocido. Sin embargo, actúan como que no pasó nada a pesar de que sus delitos se multiplican como hongos envenenados. Es por ello que militantes camporistas se desviven por entorpecer a la Justicia con denuncias que sólo sirven para el impacto mediático y la distracción de quienes les rinden pleitesía. Deseo referirme a un sujeto del anonimato, un tal Rodolfo Tailhade del FpV y militante de La Cámpora, que se desvive por aparecer en la televisión difamando, gratuitamente, a quienes descubrieron el "robo a la patria" y aportaron pruebas del ilícito. Este sujeto debería dar explicaciones del "choreo" donde están involucrados muchos kirchneristas que fueron destituidos en las últimas elecciones democráticas. Por supuesto que las apariciones televisivas son con determinados pseudoperiodistas que se hacen un festín en sus programas que pocos los ven debido a tantas incoherencias y versos difamantes de los que la ciudadanía está harta hasta el cansancio. Mejor sería que el tal Tailhade cambie de andén y no desgaste energías que tan sólo lo desprestigian como diputado. Sería más honesto que el oneroso salario que le paga el pueblo lo emplee en algo más decoroso y útil, en beneficio del país.
DNI 14.784.332
Cuidado con las multas fantasma
En el día de ayer busqué por internet si tenía alguna multa en mi vehículo. Sí, había un acta de infracción del día 24-08-2016, acta Nº 5-844436-g, por estar estacionado en doble fila en Avellaneda al 500, sin precisar hora, sin foto identificatoria, ni acta en mi vehículo, y que no se comunicó vía correo tampoco. Dejo constancia de que no circulo por esa calle, ni tengo relación comercial, ni familiar en esos 130 metros, pero sí garantizo que un vehículo de Tránsito municipal hace permanentemente una cuadrícula por calle Santa Fe, Avellaneda, Tucumán, hacia el este por esta última, con dos personas, donde el acompañante lleva una planilla y toma datos sin detenerse. Esta es la orden para recaudar por infracciones de tránsito. Me resultan muy molestas actitudes de este tipo. Quizás se les mezclaron las calles. Reservo mis más amplios derechos, y quiero que justifiquen el error o aporten las pruebas de la infracción. La multa ya se pagó.
Miguel Buz
DNI 6.055.385
Por un Encuentro de Mujeres en paz
El próximo fin de semana nuestra ciudad será sede del 31er.Encuentro Nacional de Mujeres. Todos deseamos que se desarrolle en un clima de paz, sea abierto, democrático y de libre participación. Pero lamentablemente sabemos, por la experiencia de encuentros anteriores, que en estas jornadas es usual que se vivan situaciones de violencia en la vía pública, con pintadas a las fachadas de hogares y negocios, insultos y agresiones a los que no participan, y un penoso vandalismo que siempre mostró una falta de respeto a las normas más básicas de convivencia. Como ciudad estamos orgullosos de que sea sede de eventos nacionales, pero es triste ver que puedan venir a Rosario a causar daño sobre las personas, su cultura o sus bienes, sobre una riqueza cultural, edilicia y religiosa que todos deseamos sea preservada. Ante esta situación, se hace necesario reclamar a las autoridades locales y provinciales, la seguridad y el control que ellos están obligados a brindarnos como ciudadanos y contribuyentes, y que las organizadoras del evento ya se encargaron de rechazar, tal vez como pidiendo una zona liberada. Necesitamos que los organismos pertinentes dispongan todos sus medios para evitar que los rosarinos seamos víctimas de una posible conducta inapropiada de las participantes del encuentro y que esos días estén en la calle organizando una prevención antes de que suceda algún desmán. Es para celebrar que las mujeres se reúnan y se hagan escuchar, pero que la huella que quieren dejar en la ciudad no sean sólo graffitis, mugre y barbarie. Así, vamos a seguir construyendo una Rosario ordenada y en paz, que tanto nos merecemos.
Gabriel Campero
La maldita
EPE
Todo el mundo habla este año del "tarifazo" por el aumento desmedido de las facturas de servicios públicos. Pero la maldita EPE, no conforme con aplicar esos aumentos generales y tener el servicio más caro del país, decide robarnos a los ciudadanos un extra apelando a una maniobra sencillamente indignante, que acá les detallo. Recibo en mi domicilio una notificación de deuda fechada el 14/9 por una factura impaga que nunca me llegó y venció el 8/8 por $ 620,62 invitándome a concurrir a las oficinas de la empresa a regularizarla. Pido permiso en mi trabajo y voy al día siguiente para que me refacturen, luego de esperar impacientemente casi una hora, le aclaro a la empleada que me atiende que nunca recibí la factura original en mi domicilio a lo que me contesta "que eso a la EPE no le importa y que debía pagarla con los intereses correspondientes". No conforme con eso me dicen que "además, debo pagar un cargo de reconexión de $ 151,10". Le digo "de qué reconexión me habla si nunca hubo ninguna desconexión, y estamos hablando de la factura que venció el mes pasado". A lo que me contesta nuevamente "que eso a la EPE no le importa, siempre es así y se cobra ese cargo". Y así es queridos conciudadanos, terminé pagando un 28% más la pérdida de mi tiempo por la tardanza de un mes de una factura que nunca me llegó, y lo más ultrajante: el módico cargo de reconexión (cuyo concepto encima ni figura en la nueva factura) de algo que nunca estuvo ni cerca de desconectarse. Por eso desde lo más profundo de mi corazón, les grito: ¡maldita EPE!
Juan Herrera
DNI 20.579.723
Que vuelva el servicio militar
Estaba leyendo que varios amigos insisten en la necesidad de que los jóvenes Ni-Ni (ni estudian, ni trabajan) cumplan seis meses de conscripción obligatoria. En un país normal, sin hechos que vulneran la paz como sucede con los robos, asesinatos, vejaciones a la mujer, protestas, marchas, hartazgo del pueblo ante la inseguridad cotidiana, la propuesta es correcta. Pienso que éstos son chicos que no hacen daño a nadie, sólo se perjudican ellos, necesitan una disciplina que los encauce, que antiguamente lo hacían los padres, hoy con obligaciones de trabajo. En nuestra Nación, castigada por la corrupción, no podemos solucionar todo con magia. Necesitamos tiempo y dinero. Varias veces sugerí una solución parcial al tema inseguridad. Estudié que si todos los delincuentes de entre 18 a 40 años, con condena, en vez de ir a la cárcel cumplen un servicio militar obligatorio, con obligación de terminar escuela primaria, secundaria y un oficio. Los asesinos, sin salidas transitorias. Sólo podrían recibir visitas de familiares directos. A los que terminan estudios y oficio, la autoridad competente les puede reducir la pena de prisión. Demos prioridad a lo peligroso, dejemos de usar comisarías como cárceles, no gastemos dinero en tener más cárceles, eduquemos y disciplinemos a los que se apartaron de la ley. Nuestras Fuerzas Armadas están capacitadas para sacar ciudadanos que vuelvan a tener otra oportunidad de vida.
Carlos Borisenko
DNI 4.340.294