Leyenda del cine español de los 50, la actriz y cantante Sara Montiel murió ayer repentinamente en su vivienda de Madrid, acompañada de su hija Thais. Hacía tan sólo unas semanas había celebrado su 85 cumpleaños.
Leyenda del cine español de los 50, la actriz y cantante Sara Montiel murió ayer repentinamente en su vivienda de Madrid, acompañada de su hija Thais. Hacía tan sólo unas semanas había celebrado su 85 cumpleaños.
La muerte de "Saritísima", como cariñosamente se conocía a esta "manchega universal" y mito erótico de varias generaciones, supuso un nuevo golpe para el mundo del cine ibérico, que en tan solo una semana perdió también a los cineasta Bigas Luna y Jesús (Jess) Franco y vio marchar a la actriz Mariví Bilbao.
Poco se sabe sobre las causas de su fallecimiento. Según contó a los medios su representante Carmen Grey, la actriz se encontraba bien, pese a los achaques propios de su edad, y se disponía a viajar al norte para una revisión oftalmológica.
Montiel era "un icono de la cinematografía española e iberoamericana" que "llenaba la pantalla como nadie", dijo el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, tras conocer la noticia. "Un mito nacional", escribe la Academia de Cine, que recuerda cómo la actriz "salió de la nada y llegó a la gloria".
María Antonia Abad Fernández nació en el quijotesco Campo de Criptana (Ciudad Real), el 10 de marzo de 1928. Hija de una familia humilde de labradores, ella siempre se enorgulleció de sus orígenes. Su pueblo decretó hoy el luto oficial y reabrió de forma excepcional el Molino Culebro, que alberga un museo dedicado a su hija predilecta.
"Nací pobre, pero inmensamente bella", dijo una vez. Con tan sólo cuatro años, Sara ya sabía que quería cantar, y con apenas 15, su cautivadora mirada conquistó por primera vez las cámaras de cine en "Te quiero para mí", con el seudónimo de María Alejandra. Ya como Sara Montiel, compartió cartel con Imperio Argentina y Fernando Fernán Gómez en "Bambú", pero pronto, el cine español se le quedó pequeño.
A comienzos de los 50 llegaría su salto a México gracias al éxito de "Locura de amor", y pronto se convirtió en una de las estrellas del momento, junto a María Félix y Katy Jurado. Pronto llamó la atención de los productores de Hollywood, ávidos por encontrar a una nueva Rita Hayworth, y allí encarnó a la Nina de "Veracruz" que encandiló a Gary Cooper y Burt Lancaster.
En esa etapa se fraguó también su relación con el realizador Anthony Mann, con el que acabaría dándose el sí en dos ocasiones. Y es que al igual que a su amiga Liz Taylor, a ella también "le dio por casarse", aunque la estadounidense le llevó cuatro maridos de ventaja. Y de aquellos años es también una fotografía con James Dean, en la que ambos aparecen gritando y sonrientes y que dio la vuelta al mundo.
Su regreso a casa lo hizo por la puerta grande con "El último cuplé", un rotundo éxito de taquilla que supuso el descubrimiento de su voz grave susurrando la sensual "Fumando espero". Se convirtió en la actriz mejor pagada de la época, sorteó la censura franquista y protagonizó títulos tan recordados como "La violetera", "Carmen, la de Ronda" o "Mi último tango".
Pedro Almodóvar le rindió un tributo en "La mala educación" (2004), en la que Gael García Bernal interpreta a un transformista que canta "Quizás, quizás, quizás", emulando a la actriz con una flor roja en la mano en su famosa "Noches de Casablanca" (1963).
Montiel abandonó el cine en los 70, pero no dejó de recibir homenajes: desde la Medalla de Oro de la Academia de Cine a la estrella en el Paseo de la Fama madrileño o el Golden Eagle entregado por Burt Lancaster. También fue un ícono de la cultura pop, que se rindió ante sus incontables romances y su capacidad para reinventarse, como cuando grabó el tema "Saritísima" junto a Alkaska.
El 5 de marzo Sara Montiel escribió su último mensaje en Twitter: "Os quiero a todos, gracias por su cariño y muestras hacia mi".