"The Next Day" sorprende más por los diez años sin canciones nuevas que por el disco en sí mismo. Y eso que se trata de un gran disco. Jamás es sencillo saber cómo va a ser el regreso de un grande, sobre todo de aquel al que la mayoría daba por retirado. La tapa del álbum remite a aquella de "Heroes", la del joven Duque acomodándose el jopo. "Heroes" es un punto de referencia para Bowie y también para los fans y los críticos. "El día siguiente" del título parece remitir así al día anterior. Y entonces, digámoslo, en "The Next Day" hay ráfagas del pasado pero, afortunadamente, sin ser un ejercicio de nostalgia. Quizá en esta idea de mirar hacia adelante, a pesar del peso de la historia propia, mucho tenga que ver el trabajo de producción de Tony Visconti, quien nos entrega el mejor Bowie. Así, desde el arranque movido y bailable de "The Next Day" hasta el cierre oscuro y lúgubre (al estilo de Nick Cave) de "Heat", los 14 nuevos temas suenan contemporáneos, como un "Scary Monsters" grabado el último verano, bajo capas de sintetizadores, violas afiladas, sucias y melodiosas, saxos barítonos quejumbrosos y una base rítmica vigorosa, además de la voz del Duque que ya no suena como en los mejores tiempos pero que le sigue sacando provecho en cada sílaba que canta.