Según la profesora en letras María Nilda Esquivel, los padres deben inducir al niño a descubrir
el mundo de la ficción y apreciar la belleza que un libro contiene en cada una de sus hojas.
“Me parece imprescindible que el pequeño escuche narraciones, canciones y esté en contacto
con los libros, que sepa que tiene hojas y se puede leer de distintas formas. Tiene que acercarse
al color y la forma, y comenzar a leer las imágenes”, destacó a La Capital quien es profesora
en letras y una especialista en lectura y escritura.
¿Cómo debe ser un libro apto para la temprana edad?
Cuando los niños son muy pequeños, se aconseja buscar libros con pocas imágenes, colores
saturados y brillantes, y con poco texto, a los fines sólo de orientar al adulto. Las hojas pueden
ser de cartón prensado, es decir gruesas, y cubiertas lavables. La imagen debe ser estilizada, con
pocos detalles, no deben ser realistas, es decir que se pueda percibir de qué animal se trata sin
importar si el color de la vaca es anaranjado, porque así es el mundo de la fantasía. Por eso,
sostengo que los ilustradores de libros para niños deben ser artistas plásticos. Es muy importante
que el niño tenga juguetes, y es muy importante que tenga libros, pero no dos cosas en una. Los
libros que dicen que son para niños pequeños y que pueden llevarse a la bañera, mojarse o masticar,
no son libros, son juguetes.
¿Considera que los libros que hoy los padres encuentran en las librerías son los
adecuados?
Hace más treinta años que existen libros muy interesantes para niños pequeños, y que todavía se
encuentran en las librerías, con un tamaño acorde para que puedan tomarlos con sus manos, de pocas
páginas, y como dije antes con ilustraciones simples, coloridas y muy pocos elementos. Entonces el
niño lo mira y hojea, y luego el adulto lo guía. Por otra parte, esos libros donde el niño puede
descubrir sonidos, objetos, colores hasta incluso olores son para jugar y no para leer. Existen
libros costosos que a veces los adultos no permiten que los chicos los toquen porque los rompen con
facilidad y entonces permanecen guardados. No hay que tener miedo de que un libro se rompa, incluso
a los mayores les pasa. En cambio de comprar libros troquelados, los padres deben recurrir a las
librerías en busca de un ejemplar con una buena ilustración para que el niño pueda apreciar desde
pequeño la belleza.
Muchos padres se preguntan ¿qué puede aprender un chico al año si toma contacto con los
libros?
Según el psicólogo Jerome Bruner, la narrativa es una forma de construir la subjetividad, el yo.
El niño en sus primeras palabras, comienza a renombrar esos objetos que miraba en el libro, porque
aprende rápido y está condicionado por las lecturas que ha hecho. Motivado por las narraciones que
ha escuchado comienza a hacerlo sólo. Los pequeños de tres y cuatro años son muy buenos narradores,
les gusta contar sus experiencias, como lo que le pasó en el jardín por ejemplo. Las estructuras
gramaticales propias que adquiere se terminan de construir alrededor de los seis años. Entonces
teniendo en cuenta que la lectura de imagen es la primera lectura que hace el niño por sí mismo,
donde reconoce los objetos, debemos cuidar el material que le ofrecemos: si un libro juguete o un
libro objeto donde participa un autor, un ilustrador y un diseño industrializado, en el que hay un
descubrimiento. Si bien estos ejemplares a veces son costosos, necesitan estar en una biblioteca y
no en un cajón de juguetes.
¿Cómo despertar este interés por los libros?
No debemos tener miedo a que el niño descubra el mundo de la ficción, hay que incentivarlo
continuamente a través de las narraciones, canciones o poesías para que pueda desarrollar su
imaginación. La literatura es pura ficción y el niño desde muy pequeño sabe donde termina la
ficción y comienza la realidad. Una forma de acercarlo es a través de la imagen, y si además se
trata de una buena ilustración puede ser una buena forma de iniciarlo en el arte.
¿El niño debe tomar contacto primero con el libro antes que con la computadora?
La tecnología es un elemento más de aprendizaje, como lo es la computadora o el celular. Pero no
por eso, tenemos que olvidarnos de los libros. Debemos dejar de lado ese fantasma. Es muy
importante que el niño tome contacto con el libro desde muy temprana edad porque esto lo inicia
como lector, después quizás acceda a otras tecnologías que lo van a seguir formando.