Nos estamos dejando llevar por el fanatismo que tenemos en nuestro interior. No nos damos cuenta de que tenemos la solución delante de nuestras narices, pero por orgullo no le prestamos atención. Los argentinos debemos empezar a tocar el timbre en Stanley y olvidarnos un poco de Londres, y los isleños deberían cambiar su filosofía .Ellos dicen "con el que no nos reconoce no hablamos". Deberían hablar con todo el mundo así los entienden. Y nosotros decimos: ¿cómo vamos a perder nuestras islas para siempre? Pero, ¿acaso ahora las tenemos? Uno pierde a un hijo cuando se aleja con violencia pero cuando se lo libera en paz uno lo gana a él, a sus familiares y a todos sus logros futuros.