Es evidente que las próximas elecciones han movido el tablero electoral. Algunos, como los fariseos que Cristo echó del templo, se sacuden la impronta k que los tuvo de protagonistas durante una larga década, donde ganaron fortunas, con lo ajeno. Hoy descaradamente reniegan del FpV y se acomodan en el peronismo y/o PJ, ambos decadentes ya que muchos mencionan que el peronismo murió con Perón y lo partidario que hubo tan sólo era por conveniencias personales. Sinceramente da risa verlos en los medios televisivos como se apoltronan tratando de brindar una muy buena imagen y conseguir los votos tan ansiados que los volverá a catapultar en la cúspide del poder. ¡No saben hacer otra cosa! Mientras los jueces se sacuden la modorra, los procesados viajan por lugares de ensueño y viven la gran vida, como Scioli o Boudou, entre otros que, en definitiva, se ríen de todos con su cara de "yo no fui". Muchos quedaron en el camino cuando la ex mandataria dejó el poder. Hoy dan la cara y avanzan en un partido distinto anunciando que "todos somos peronistas", parecerían decir Urtubey y Randazzo de la mano del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzón, supuestamente miembro del PRO. Olvidan a la sociedad como si fuéramos ciudadanos de otro planeta y de clase inferior por no tener los títulos partidarios que los disfraza de mediocres con ínfulas de magnates del poder y la indecencia.