Históricamente la filosofía fue asociada con la inutilidad, aunque suele afirmarse que la importancia y el prestigio de esta disciplina radican en su falta de utilidad, falta que alude al hecho de que no está centrada en un fin a conseguir sino que deja ir al pensar según su propia dinámica. Aunque esto, sostiene Ravello Torres, no excluye que los resultados de ese saber puedan ser extraordinariamente útiles por sus implicaciones sociales, técnicas o culturales.
¿Todos podemos filosofar? Todos en algún momento lo hacemos o necesitamos hacerlo. Filosofar permite ser críticos frente a un mundo pasivo, acostumbrado a dar todo por sentado y que ya no busca el sentido a las cosas.
La filosofía es necesaria para plantearnos y cuestionarnos los temas que nos preocupan como hombres: ¿existe Dios, hay vida después de la muerte, qué es el amor, qué es la felicidad? Para estas preguntas habrá tantas respuestas como sujetos se las planteen, y todas serán válidas para la filosofía.
¿Cuándo podremos filosofar, si vivimos en un mundo apurado? La Cuando estemos disponibles a mirar desde otro lugar. Filosofamos cuando dudamos, nos asombramos frente a lo cotidiano o afrontamos situaciones límites. Todos alguna vez ponemos en duda alguna certeza o nos enfrentamos a situaciones que no podemos eludir, y es allí cuando inauguramos la filosofía en busca de la verdad.
Umberto Eco, en su artículo "El oficio de pensar" (1987), suma al ocio como un nuevo origen de la filosofía. Señala: "Descartes pensaba mirando una estufa (...) Esto es filosofar. Utilizar los intersticios de nuestro tiempo para reflexionar sobre la vida, la muerte y el cosmos. Deberíamos dar este consejo a los estudiantes de filosofía: no apuntéis los pensamientos que os vengan a la cabeza en el escritorio de trabajo, sino los que se os ocurran en el retrete.".
Por tanto, ante la noticia de que Macri hizo tentar de risa a los asistentes de un acto al afirmar que "el baño es un momento de reflexión", no debería causarnos tanta gracia sino reconocer su aporte a la temática para tomar conciencia de que somos "uno con otros"
La filosofía sirve para desatar nudos, romper estructuras, poner en el tapete frases naturalizadas, ensayar que hay otros modos posibles. Epicteto, el estoico del siglo I, sostiene que el origen de la filosofía es el percatarse de la propia debilidad e impotencia, de la que se puede salir poniendo en claro y en libertad la forma y el contenido de las representaciones.
Una buena estrategia para encontrarle utilidad a la filosofía es abrir la mirada para modificar una verdad anterior incompleta o mal formulada. Ya no hay respuestas universales ni recetas válidas para todos; encontrarle cada uno el sentido a su propia vida podría ser el puntapié para una vida más feliz.
Carina Cabo / Profesora en filosofía