La Comisión Normalizadora de la Asociación del Fútbol Argentino inició su gestión con los mismos vicios que exhibieron los directivos anteriores: transgrediendo normas. Porque en su primera determinación violaron las reglas laborales al contratar a Edgardo Bauza como entrenador del seleccionado nacional sin haber resuelto la situación de Gerardo Martino, su antecesor, con quien aún mantienen una deuda y cuyo pago aún no fue ni siquiera acordado.
Los directores técnicos de fútbol están comprendidos en el convenio de trabajo 662/2013, que rige para los clubes del país y es extensivo para todos los entrenadores de los seleccionados nacionales de las diferentes categorías. En uno de sus artículos establece que "el club (en este caso la AFA) que no abone la totalidad de los emolumentos adeudados al técnico con motivo de la rescisión anticipada, no podrá contratar y/o registrar nuevo contrato con otro director técnico para cumplir la misma función".
Si esto hubiera sido respetado por la Comisión Normalizadora que encabeza Armando Pérez, el Patón no podría haber asumido y mucho menos dirigir los primeros dos partidos del seleccionado, ya que la AFA mantiene una deuda con el Tata y su cuerpo técnico desde diciembre del año pasado hasta junio inclusive.
Días atrás, Jorge Miadosqui, el flamante secretario de las selecciones, durante una entrevista realizada por La Red de Buenos Aires, respondió que la situación de Martino ya había sido resuelta. Una contestación errónea y alejada de la realidad, que desmienten desde la propia AFA.
Una fuente del edificio de calle Viamonte le confió ayer a Ovación que "la situación de Martino aún no está saldada y es verdad que puede considerarse como antirreglamentaria la contratación de un nuevo entrenador en su reemplazo, pero esto quizás se hizo porque confiaban en llegar rápido a un entendimiento", señaló. Algo que a casi tres meses no ocurrió. Al tiempo que informó que "tampoco está resuelta la situación del resto del cuerpo técnico de Martino".
Más allá de que oficialmente por la AFA se haya informado que Martino renunció, lo cierto es que rescindió su vínculo en forma unilateral por incumplimiento de contrato y los motivos fueron fundamentalmente porque no le garantizaron la cesión de los futbolistas para la conformación del seleccionado Sub 20, como constaba en el papel, como tampoco le respetaron la potestad de elegir el entrenador de dicha selección, además claro de una deuda que fue in crescendo en el tiempo sin ninguna explicación por aquellos directivos que llevaron al fútbol argentino a este estado calamitoso. Y hasta que la casa rectora no acuerde el pago al entrenador y sus colaboradores, no está habilitada a contratar otro DT en ese puesto.
Y si bien la salida del Tata se produjo bajo la inestable presidencia de Luis Segura y del Chiqui Tapia, la resolución de su salida quedó a cargo de Armando Pérez y compañía. Y entre ambas gestiones mantuvieron una perjudicial coherencia: la informalidad.
Resulta paradójico que este organismo integrado por la Fifa para regularizar una AFA atravesada estructuralmente por muchos hechos sospechados de corrupción e informalidad adopte la primera decisión importante con una modalidad similar a las gestiones que derivaron en esta anarquía, e involucrando en su maniobra a personas que nada tienen que ver con este mecanismo transgresor.
En este sentido, la misma fuente consideró que "es muy probable que a Bauza le hayan dicho que lo de Martino ya estaba resuelto, como también es de destacar la discreción del propio Martino, quien nunca hizo una declaración pública al respecto".
Regular es determinar las normas o reglas a que debe someterse o ajustarse algo. Las normas laborales y contractuales ya están establecidas por la ley, razón por la cual la Comisión Normalizadora lo primero que debería hacer es ajustarse a las mismas y no violarlas como lo hicieron durante años en la AFA. Caso contrario es más de lo mismo.