El sacerdote Rodolfo Capalozza y el laico Rolando Savino, integrantes de la comunidad palotina, dialogaron con Télam en la casa parroquial donde asesinaron a los religiosos y revivieron esos días de horror, muerte y silencio.
El sacerdote Rodolfo Capalozza y el laico Rolando Savino, integrantes de la comunidad palotina, dialogaron con Télam en la casa parroquial donde asesinaron a los religiosos y revivieron esos días de horror, muerte y silencio.
"Esos días, después de los que los mataran, fueron muy duros. Pero recuerdo la paz con la cual los familiares de las víctimas tomaron la noticia. Nunca hubo rencor. La madre de Barletti me dijo que prefería ser la madre de una persona asesinada que haber parido a un asesino", subrayó Capalozza.
La Comunidad Palotina tiene su sede en Irlanda; está radicada en más de 50 países y más 2400 integrantes, entre religiosos y laicos.
En Argentina, la orden tiene templos y establecimientos educativos en Capital Federal, Castelar, Mercedes, San Antonio de Areco, Mercedes y Córdoba.
Savino dijo que el domingo 4 de julio de 1976 "llegué poco antes de las 8, para tocar el órgano en la misa. Tenía 16 años hacia tres que tenía asignada esa tarea. Toqué varias veces la puerta, pero los padres no me abrieron. Pensé que se habían dormido. Hasta que logré ingresar con una señora y nos encontramos con los cuerpos y la sangre. Fue algo terrible", describió. Fue a la comisaría 37, comunicó lo que había visto, y minutos después varios efectivos policiales llegaron a San Patricio. "Al principio no querían entrar. Hasta que los convencí y una vez adentro, uno de ellos empezó a gritar «Tomaron la casa, tomaron la casa». Después empezó a llegar la gente de la congregación, los vecinos y el Ejército", remarcó.
Savino, que aún oficia como músico en las misas que se celebran iglesia de San Patricio, enfatizó: "Desde ese día procuro seguir las enseñanzas de esos hermanos que me dejaron tantas cosas. Que vivieron como murieron: juntos. Algunos todavía dicen que se los mataron por error, que buscaban a unos curas pasionistas que también eran irlandeses. Todos sabemos que no, los militares sabían quiénes eran y lo que hacían y pensaban. Por eso los fusilaron", sostuvo.