Los Fabulosos Cadillacs lanzaron el fin de semana "La salvación de Solo y Juan", un trabajo conceptual presentado como una ópera rock y que podría ramificarse en una novela corta y en un mediometraje.
Los Fabulosos Cadillacs lanzaron el fin de semana "La salvación de Solo y Juan", un trabajo conceptual presentado como una ópera rock y que podría ramificarse en una novela corta y en un mediometraje.
Este trabajo, editado por Sony Music, es un recorrido a través de 14 canciones en la historia de vida de los hermanos Clementi, que se divide en tres actos. La banda, que viene de presentar el show en el Luna Park, está integrada por Vicentico en voz, Daniel Lozano en trompeta, Fernando Ricciardi en batería, Flavio Cianciarulo en bajo, Mario Siperman en teclados, a los que sumaron Florián Fernández Capello en guitarra y Astor Cianciarulo en bajo.
"La salvación de Solo y Juan" es una historia que lleva muchos años en el seno de la banda y en la cabeza de Flavio y Vicentico, quienes a fin del 2015 decidieron plasmarlo en disco, mientras el bajista editaba en forma paralela y solista otra opera rock "Sardinista".
La responsabilidad de las guitarras corrieron por cuenta de Florián, hijo de Vicentico, quien sigue con su banda Callate Mark, pero que participara de la gira de la banda. Mientras que Astor tocó el bajo y permitió que su padre tomara la acústica o la percusión.
Aquí, Los Cadillacs decidieron contar la historia de los hermanos Solo y Juan Clementi, hijos de Averno Clementi, el cuidador del faro Artiglio, ubicado en los Acantilados de la Bestia.
El arte del disco y las gigantescas máscaras que ilustran los videos fueron diseñadas por el artista plástico argentino Jorge Alderet (Dr. Alderete), conocido por su trabajo en comics, afiches y flyers junto a los Fabulosos Cadillacs e incluso con otros artistas del rock, como Andrés Calamaro.
Mientras que la autoría de las canciones es compartida entre Vicentico y Flavio Cianciarulo, la grabación contó con la participación de Héctor Castillo, el reconocido productor e ingeniero venezolano que trabajó con Gustavo Cerati y David Bowie, nada menos.
El nuevo disco marca el regreso del popular conjunto que, aunque viene realizando algunas presentaciones en los últimos años, no publicaba un disco entero con canciones nuevas desde "La marcha del golazo solitario", de 1999.
Desde su regreso, la banda editó dos CD's: "La luz del ritmo" y "El arte de la Elegancia de LFC", que contenían relecturas de clásicos, covers y pocas canciones inéditas.
A partir de la rotación de esos discos, la popular banda salió de gira por toda América, lo que ratificó su enorme poder de convocatoria, que incluso los puso al nivel de Soda Stereo,
El grupo decidió lanzar cuatro adelantos y el primero, "No era para vos", empieza con una guitarra con chorus, muy terrenal, y con Vicentico cantando "No repitas más, no ves que somos tan distintos, así empezó la discusión", sobre un órgano estilo Hammond, que lleva a la canción hacia un rock más clásico con secuencias sintetizadas.
"La salvación de mi propio mundo, la salvación de tu propio mundo" reza el estribillo de este primer corte, con coros que rozan el gospel y la distorsión de una guitarra que se vuelve a una rítmica arpegiada, para que Vicentico se ponga por encima de la instrumentación.
En "Navidad", un piano da inicio a una pieza en la que las guitarras con delay hacen de colchón a una rítmica criolla, bien campestre, en la que los coros, con una excelente armonización, van abriendo "una puerta que se habla en la luz de la Navidad", con un interludio que se asemeja a un oscuro villancico.
Por su parte, en "El fantasma" reaparecen los ritmos latinoamericanos con los que se hicieron famosos desde sus comienzos, aunque lejos del baile de antaño. La rítmica se apoya en un candombe psicodélico que sigue a un hipnótico trombón y la versátil voz de Vicentico, que se aflauta para contrastar con los bajos de Flavio.
El ska siempre presente en Los Fabulosos Cadillacs se hace un lugar en "La tormenta", el cuarto corte de difusión , en el que Flavio se hace cargo de los estribillos con un hip hop, mientras su bajo en tresillos pareciera hacerle un homenaje a "El cieguito volador", de Sumo, en el estribillo que dice "Más allá de la tormenta". Los Cadillacs van por más.