El año pasado las lluvias aguaron los torneos de las ligas santafesinas de futbol y este año podría repetirse la historia. "Estuvimos seis domingos parados por el mal tiempo, hubo que reprogramar fechas, se perdió mucho esfuerzo y dinero. Es cierto que estamos aún en receso, pero la semana que viene debía comenzar la actividad y si sigue lloviendo y se sigue inundando el pueblo estaremos nuevamente en problemas. La calle para ingresar a nuestra cancha está barrosa e instransitable de vereda a vereda", dijo el presidente del club Huracán de Chabás, Cristián Astrada. El directivo lee la dura realidad del lugar en el que vive y donde también despliega su pasión deportiva. Allí, a 90 kilómetros de Rosario, llovieron 130 milímetros en los últimos días y se sumaron a los 180 milímetros que habían caído la semana anterior: suficiente para que la pelota flote en cualquier cancha.
El 60 por ciento del poblado estuvo bajo agua. Y el 40 por ciento de las viviendas —de los 7 mil habitantes chabasenses— se dañó en el interior, por la falta de drenaje y los derbordes de los campos vecinos. Astrada, al igual que muchos otros presidentes de clubes y directivos de las ligas santafesinas, no deja de mirar al cielo y de escuchar los partes del gobierno provincial que ya anunciaron precipitaciones al menos hasta febrero. Ovación compiló sólo algunas voces. Un panorama crítico, en general, y para el deporte en particular.
"La situación más compleja es en el departamento Castellanos. Dos temporales en los primeros días del año dejaron duras huellas en la ciudad de Rafaela, donde el municipio hizo un relevamiento de los daños. Estamos trabajando y reuniéndonos con los gobiernos locales. La agenda está abierta porque la coyuntura lo está", dijo el secretario de Deportes de la provincia, Pablo Catán, quien se reunió ayer con funcionarios de Rafaela para coordinar acciones en favor de los clubes de la región.
Catán apuntó a algunas de las entidades perjudicadas. Al club de atletismo (Cras), al de rugby (Crar), al 9 de Julio, el Atlético, Juventud, Sportivo Norte, Peñarol, Quilmes, Aero Club, Jockey Club, Planeadores y Ben Hur (que el sábado 21 prevé jugar contra Tiro Federal el partido de ida de la primera fase de la Copa Argentina 2017).
Si bien algunas entidades echaron mano a sus propios fondos para afrontar las primeras reparaciones, también solicitaron ayuda económica a la provincia y a la Nación. Así lo aseguró el subsecretario de Deportes rafaelino, Sebastián Ballina, quien además detalló daños de algunos de los 50 clubes de la ciudad.
Dijo que el piso de parqué de la cancha de básquet del club 9 de Julio se arruinó, que el Juventud tiene el techo de la cancha de bochas agujereado, que el Cras debe reponer las columnas de iluminación y se le voló parte del techo. Y además, el Crar tiene "mucha agua adentro y árboles caídos".
Para el funcionario, "mientras más siga lloviendo, más problemas" va a tener Rafaela. "Se necesita de manera urgente que se habiliten esos fondos", agregó.
El gerente de la Liga Rafaelina, Héctor Moscardo, destacó que la infraestructura de los clubes en la zona es buena y "hay canchas iluminadas, lo que permite contar con la noche para reestructurar los partidos si se suspenden varias fechas como en el 2016, pero el panorama es complicado". Es más, dijo que hay varias poblaciones bajo agua, como Ramona (a 50 kilómetros al oeste de Rafaela, con el Circuito Raúl Caligaris de motociclismo inundado en su totalidad). Y retrató a modo de denuncia: "Hay mucha agua con olor a Córdoba, lo que perjudica también a los clubes, obviamente".
Desde la Liga Casildense, Héctor Mattei confirmó que mañana se reunirán los 17 clubes que integran la entidad (junto a Chabás están Pujato, Arequito, Zavalla, Sandford, Fuentes, Villada. Los Molinos, Casilda y Coronel Arnold).
Hay que ver cuántos equipos estarán en condiciones de jugar el torneo", señaló. En tanto, Raúl Capozucca, el presidente de Atletico de Chabás, la institución chabasense que es rival histórica de Huracán, se sumó a los malos diagnósticos.
"Hay que prepararse por las dudas. Nosotros el año pasado tuvimos que echar mano a camiones atmosféricos y bombas para poner la cancha en condiciones, porque las napas están muy altas. Habitualmente necesitamos como mínimo 150 personas en la cancha para poder afrontar seguridad y réferis, con estos problemas se nos complica todo aún más. El fútbol del interior, si el tiempo sigue así, sin buenos sponsors, estará en problemas", dijo el dirigente.
En tanto en la Liga San Martin, como un eco se escuchó el mismo panorama desde el sudoeste de la bota santafesina "De continuar así las lluvias el panorama será crítico", le dijo a este diario el presidente de la Liga San Martín, Hugo Corvina, una entidad que incluye a 14 clubes (el último campeón, San Jorge, y junto a él otros tantos como El Trebolense, La Emilia y Piamonte).
"La zona está muy castigada y si bien los campos de juego son buenos, el temporal nos tuvo parados todo el mes de abril del año pasado. Tuvimos que reestructurar el torneo, acortarlo. Las napas están muy altas y por más esfuerzo que hagan los clubes esto parece que no tiene solución. Además los campos no llegan a absorber el agua: los 900 milímetros de años atrás se transformaron ahora en 1.400, el regimen de lluvias creció muchísimo y el perjuicio económico también", lamentó Corvina.