Chicos y docentes de la Escuela Nº 134 Cornelio Saavedra de Rosario quisieron pasar de los manuales de ciencias a la experimentación y terminaron fabricando perfumes. Las fragancias son de naranja y lavanda, pronto llegará la de romero. Una experiencia que valora el protagonismo de los alumnos en el aprendizaje.
Marcos Alionis es el maestro que enseña en los 3º y 4º grados de la escuela de Ricchieri al 1600. Cuenta que todo surgió en una clase de ciencias donde trabajaban con los contenidos de "soluciones" y "métodos de separación". Una palabra llevó a la otra y terminaron hablando de la fabricación de perfumes.
El origen."Fue uno de los nenes el que terminó dando la idea de hacer los perfumes, ya que había visto este tratamiento en un paseo por la Granja de la Infancia", dice Marcos. Y el aporte de ese chico fue tenido muy en cuenta: no pasó mucho para que se armara un mini laboratorio. Se hizo con el aporte propio y el de las escuelas (las Nº 1.323 y 115) con las que trabajan de manera "hermanadas" gracias un proyecto pedagógico.
"Es un trabajo con la química, donde aprendimos a extraer la esencia de la naranja y de la lavanda, pronto haremos lo mismo con el romero", dice el maestro Marcos. Y la primera persona no es casual, ya que confiesa que también buscó asesorarse con licenciados en química sobre cómo desarrollar esta experiencia con los chicos de la mejor manera.
Aprendizajes.Junto a la clase de ciencias el maestro rescata otros aprendizajes: "Los chicos tuvieron que aprender que este es un proceso de producción muy lento hasta poder llevarlo a los frasquitos, también que es un trabajo en equipo y que hay que tener mucha responsabilidad para cuidar el mini laboratorio".
"Es un aprendizaje muy rico, que además de verlo en los libros, lo ven en ejecución", agrega. El perfume es totalmente natural, tiene su propio marketing de comercialización, ya que lo venden a 10 pesos cada frasco. Con lo recaudado prometen comprar más recursos para seguir produciendo, pero también aprovechar las ganancias para "ir de paseo al parque y tomar helado".
Qué dicen los chicos. La Escuela Nº 134 es un establecimiento pequeño, pero acogedor. Los chicos van y vienen por el recreo, se entusiasman con que sus voces queden grabadas y una foto rescate el papel protagónico que tuvieron en esta experiencia.
Cada uno quiere decir "algo". Pero es Agustín, de 9 años y de 4º grado, el que describe con muchos detalles lo realizado. Lo hace con tal precisión que no olvida los nombres específicos que hacen a la experiencia y si se equivoca pide corregir una y otra vez. Y al final dice: "El perfume que más me gustó es el de lavanda".
Luciano, también de 9, asegura que está "muy contento" por haber podido "armar perfumes" que además "son muy buenos y ricos". Coinciden con él Jesús y Joaquín.
Hace dos meses que trabajan en este proyecto, aún no saben cómo continuará. De lo que el maestro ya no tiene dudas es que el próximo seguirá ofreciendo a sus alumnos el mismo lugar de privilegio en la construcción de aprendizajes.