Deseo que me permitan responder a una carta que fue publicada en este espacio el martes 9 de noviembre pasado, con este mismo título, y firmada por Cecilia Lione. En esa carta, su autora apoyaba claramente la práctica del aborto. Sus razonamientos, a primera vista, parecen muy lógicos pero debería saber que toda teoría tiene siempre un comienzo, el que se denomina "hipótesis inicial". Si esa hipótesis está mal, todo el resto carece de valor. La hipótesis que ella ha empleado se esconde en esta pregunta: "¿Tiene realmente sentido traer otro niño más al mundo si éste no va a ser querido?", y nos está indicando que la opción es "traer o no traer" a un nuevo niño. Lamento decirle que ella es incorrecta. La realidad nos enseña que la correcta opción inicial dice así: al niño que ya golpeó a la puerta, ¿lo aceptamos en nuestro mundo o lo devolvemos al otro mundo? Si la persona involucrada en este drama tiene serios argumentos para optar por lo segundo, adelante, pero cuidado, llamemos a las cosas por su nombre. En cuanto a los argumentos de que no será querido o morirá de hambre, hoy día carecen de valor pues existen infinidad de personas en lista de espera para poder volcar todo su amor en un nuevo ser. Coincido en que sería ilógico forzar a nadie a tenerlo si no lo quiere, por eso la sociedad deberá organizarse mejor para suplir esa falencia. Pero eso ya es un tema aparte. Sinceramente, y como se ve, la carta de la señora Lione ha sido muy útil, pues me ha permitido reflexionar un poco más acerca del aborto. Espero ser comprendido.