Una discusión, gritos y el estampido seco de dos disparos. Esa fue la secuencia sonora que algunos vecinos registraron previo al asesinato de un joven de 17 años que, ayer a la mañana, fue hallado con una herida de bala en el cráneo en el populoso barrio Coronel Aguirre, en Villa Gobernador Gálvez. Hasta anoche no se sabía si el adolescente fue víctima de un robo o blanco de una agresión por motivos personales. El cadáver quedó varias horas tirado sobre la vereda, frente al Centro de Salud Itatí. A la tarde sus familiares reconocieron el cuerpo en el Instituto Médico Legal.
Los primeros rayos del sol del 25 de mayo alumbraron la tierra de la calle Marcos Paz, entre García González y Pasaje 8. Entonces los vecinos vieron el cuerpo boca abajo de un joven vestido con jeans gastados, un buzo azul con capucha y zapatillas deportivas negras.
Marcos Paz es una calle de tierra que se extiende de sur a norte, en Villa Gobernador Gálvez, y atraviesa la avenida Coronel Aguirre al 2400. Cuatro cuadras al sur ocurrió el homicidio, un lugar donde la única presencia del Estado entre las humildes viviendas es el edificio del Centro de Salud Itatí.
De otro lado. Con el paso de las horas la víctima fue identificada como David Gabriel Roja, de 17 años. El joven presentaba un disparo en la cabeza, detrás de la oreja derecha, y otro orificio en el maxilar, indició de que pudo recibir otro balazo.
Según relataron los vecinos, la víctima se topó con la muerte entre las 5.30 y las 6 de la mañana de ayer cuando todavía la oscuridad de la noche otorgaba cierto amparo e impunidad para deambular. Cuando La Capital intentó recabar datos, sólo se escucharon quejas sobre la falta de patrullaje y críticas a la comisaría de la zona. Luego, una joven explicó que antes de los disparos se vieron pasar "las luces del móvil policial", y después se advirtió que "nadie" iba a hablar.
Otros indicaron que "se escucharon discusiones, gritos de mujeres y dos disparos", relató otra vecina arremolinada detrás de la cinta dispuesta por la Policía de Investigaciones (PDI) para preservar la escena.
Un dato que llamó la atención es que después de haber pasado al menos cuatro horas del hecho, no había familiares, amigos o allegados a la víctima. "No lo conoce nadie acá, no era del barrio", murmuró por lo bajo un señor que advirtió sobre lo complicado que está el barrio por los robos y arrebatos.
¿Y la moto? Sin embargo, en la puerta del Instituto Médico Legal la tarde de ayer sus familiares esperaban que le realicen la autopsia a David. Entonces, a media voz, dijeron que el pibe había salido de su casa en la moto Honda Tornado blanca de su hermano y con 50 pesos para comprar cigarrillos. Pero al ser hallado el cadáver la moto no estaba allí, por lo que se presume que se trató de un crimen en ocasión de robo. "David no tenía antecedentes penales, jamás había estado preso y trabajaba como ayudante de albañil con su padre", dijeron sus allegados.
Una fuente policial, en tanto, deslizó que las hipótesis sobre las motivaciones del hecho eran dos: que pudo ser víctima del robo de la moto, aunque no tenía documentación encima que lo acreditara sino las llaves de un candado; y la otra, que lo ejecutaron tras involucrarse y discutir con gente que celebraba una fiesta en una casa ubicada a pocos metros de allí.
En el lugar trabajó el fiscal de la Unidad de Homicidios Florentino Malaponte, personal de la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez y peritos de la Policía de Investigaciones. "No es una persona del barrio y tampoco lo pudimos identificar porque no tenía documentación", explicó el jefe de la comisaría local, Juan Carlos Giménez Clavero.
Vaina servida. Mientras los policías hacían su trabajo para identificar a la víctima, junto al cuerpo se encontró una vaina de proyectil de arma de fuego que podría ser calibre 32. De acuerdo a los indicios, los investigadores arriesgaron cierta idea sobre la mecánica de la agresión. "No hay rastros de sangre ni manchas. Eso habla de que fue un disparo bien seco y de cerca".
Algunas personas no dejaron pasar la oportunidad para contar el marco de violencia que padece la zona. "Sabemos, nos damos cuenta cuando va a pasar algo y avisamos a la policía, pero siempre llegan tarde. Si en los pasajes se tirotean de frente todos los días", explicaron con alarmante naturalidad.
Por otro lado también se escuchó la preocupación de los referentes vecinales ante la falta de recursos que afronta la subcomisaría 26ª, como patrulleros y personal. "Vamos a elevar una nota al ministro (Maximiliano) Pullaro" dijo un asesor del Concejo Municipal.
El cadáver quedó en el mismo lugar durante varias horas hasta que a las 11.15 el personal PDI terminó el levantamiento de rastros e indicios y dio lugar a la mortera para que trasladara el cuerpo al Instituto Médico Legal (IML).