Desde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, los familiares del hombre negro que murió por disparos policiales a quemarropa, todo Estados Unidos y hasta la ONU llamaron a la calma en la escalada de violencia que culminó anoche con la masacre de cinco policías en un tiroteo en Dallas. Solo desentonó el vicegobernador de Texas, quien se desahogó contra el movimiento Black Lives Matter (La vida de los negros importa) y los "bocones" de las redes sociales que "odian a la policía". "Seguimos sin conocer los hechos. Lo que sí sabemos es que ha habido un violento, calculado y vil ataque al cuerpo policial", dijo Obama en un breve comunicado a la prensa. El presidente calificó los motivos de los tiroteos de "retorcidos" y juró que "se hará justicia". "No hay justificación posible para este tipo de ataques y ningún tipo de violencia contra el cuerpo policial", dijo Obama, que acortó un día su gira por Europa.