Luego del repaso del impacto del temporal sobre la población, el gobernador, Miguel Lifschitz, dijo ayer que "la situación en la provincia es muy complicada, llevamos tres semanas de lluvias y el agua sigue bajando desde Córdoba", y agregó que "cayeron más de 300 milímetros en pocas horas y se inundó toda la zona rural" del sur provincial. En ese contexto aseguró que 10 de las 70 localidades afectadas por el temporal están en estado crítico. También, que el impacto económico de la inundación será de "entre 800 y 1.000 millones de dólares" para los sectores productivos.
El mandatario provincial sostuvo que "hay obras que se están ejecutando, y eso permitió que muchas localidades que fueron afectadas no tuvieran problemas serios, sobre todo en los cascos urbanos", al apuntar que de los 70 distritos afectados, "sólo tenemos evacuados en alrededor de 10" y confirmó que ayer había entre 500 y 600 personas evacuadas en la provincia.
En ese contexto, convocó a pensar el problema "más integralmente y esto implica a los gobernantes y también a los productores, para empezar a repensar cómo estamos usando el suelo, la tierra y el agua".
Cuando empezaban a escucharse voces que preguntaban sobre la presencia del Estado nacional, la Casa Rosada evitó el clamor y realizó al menos un primer gesto haciendo bajar a la capital provincial al Ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile. El primer miembro del gabinete de Mauricio Macri que llega a la provincia, que ya registra en pocos meses lluvias superiores a la de años enteros, luego del malestar que causaran los miles de millones que el presidente cedió a la gobernadora Maria Eugenia Vidal para hacer campaña, sin que a Santa Fe se le hubiera devuelto ni un peso de lo que se le debe. Ni los 900 milímetros —lo que cae en todo un año de humedad alta— que cayeron en cuatro semanas apaga el encono que reina entre los socialistas.
"Santa Fe entró en catástrofe" dijo el presidente de Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), Gustavo Vionnet, ayer en la Casa Gris. El gobernador no tiene otro objetivo que escuchar los reclamos que le llegan de todos los puntos cardinales. Ayer reunió en Rosario a la junta de emergencia, y ya por la tarde en la ciudad a empresarios y productores antes del arribo de Buryaile.
El ministro nacional dijo que "vino a escuchar e informarse" y anticipó que el gobernador en las próximas horas firmaría el decreto de emergencia que permitirá formalizar la ayuda nacional. No mucho más. Precisiones aún no y sí alguna que otra palmadita en la espalda como aliento a la paciencia. Los halcones del socialismo hicieron esfuerzos por mantener la boca cerrada. Por todos los medios se busca mantener la tregua que Lifschitz sellara con Macri y que el agua amenaza llevarse por una alcantarilla en pleno año electoral.
Anoticiado del malestar santafesino Macri envió al ministro y él mismo lo dijo: "Vinimos a Santa Fe por instrucción del presidente, para dialogar con el gobierno y los productores para tratar de sobrellevar la situación. Necesitamos coordinar el trabajo entre provincia y Nación para que no vuelvan a suceder estas situaciones frente a estos fenómenos climáticos" y anticipó que para dentro de 3 días, el 19 del corriente, su cartera convocó a la Comisión de Emergencia Agropecuaria aunque la condicionó: "tras la firma del decreto por parte del gobernador", dejando la pelota en la Casa Gris.
Respecto del decreto, dicen por lo bajo, que mientras la Rosada tironea para que abarque menos departamentos los productores locales quieren la ratificación del mismo que el año pasado declaró en emergencia en 18 de los 19 departamentos provinciales.
"Desgraciadamente ya tenemos experiencia en estos casos, por lo que pondremos en marcha la prórroga de los impuestos nacionales, los vencimientos bancarios, créditos del Banco Nación y otras medidas que iremos analizando. No tenemos el número definitivo de productores afectados en la provincia pero sí tenemos la certeza de las medidas que tomaremos. El gobierno nacional no le va a sacar el cuerpo a la situación, vamos a acompañar al gobierno provincial y a cada uno de los productores", prometió el ministro ante casi todo el gabinete, empresarios, productores y legisladores nacionales.
Acompañado por los ministros de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías; de la Producción, Luis Contigiani; de Economía, Gonzalo Saglione; y de Infraestructura y Transporte, José Garibay; Lifschitz recibió antes a Carsfe. Vionnet, indicó que "fue una reunión muy interesante. Vinimos a comentarle al gobernador un diagnóstico de la situación", y junto a sociedades rurales de las zonas afectadas se expuso la problemática.
"Repasamos las acciones en materia de obras hidráulicas, de emergencia agropecuaria y de financiamiento; y se hizo hincapié en el área lechera, que es quizás la más crítica a raíz del estado en el que se encuentra el sector", dijo.
El titular de la gremial empresarial del campo manifestó su "expectativa de que la Nación comprenda la realidad de la provincia, la pérdida económicas y el impacto que tendrá la Argentina; que ponga el valor esta situación y acompañe los procesos hídricos entre provincias, ayudando a elaborar planes y conseguir financiamiento; y también con recursos extraordinarios, en virtud de que vivimos en menos de un año un doble golpe".
Al término de esa reunión y antes de que entre al palacio el ministro Buryaile, el gobierno santafesino difundió las cifras del momento de la emergencia hídrica que "afecta negativamente sobre 1.000 millones de dólares. En 2016 fue por 2.500 millones de dólares, por lo que en menos de un año el impacto sobre la producción supera 3.500 millones de dólares. Sobre 7 millones de área agrícola cultivada, 4 millones se encuentran afectadas; de las cuales preliminarmente 1,5 millón está en forma crítica. En estos momentos hay 1.350 tambos afectados y una población ganadera de 150 mil vacas, millones de litros de leche que se están dejando de producir, que equivalen a 54 millones de litros de leche menos en un mes".