En el estreno del torneo ante Quilmes del último domingo, partido en el que Newell's se impuso 1 a 0 con gol de Ignacio Scocco, el DT Diego Osella comenzó el partido apostando al sistema con el que trabajó en toda la pretemporada (4-2-3-1). Luego en el complemento debió hacer varios retoques tácticos, primero en su afán de arriesgar más, con la inclusión de Mauro Matos, y luego buscando compensar al equipo tras la expulsión de Diego Mateo. Por eso en el epílogo los rojinegros terminaron apelando a una doble línea de cuatro, con Matos como única referencia de área. Así no sólo aguantaron la ventaja, sino que hasta tuvieron un par de réplicas que bien pudieron liquidar el pleito.
Está claro que cuando la pelota se mueve, también mutan sus posiciones los jugadores. Pero lo que pretende Osella es que más allá de la rotación lógica de la piezas, estén cubiertas todas las posiciones de la cancha, tanto para atacar como para defender.
En la primera mitad el técnico reconoció que al equipo le faltó velocidad en la salida con pelota por abajo, algo que involucra no sólo a los marcadores centrales, sino también a los volantes que no encontraron los huecos para recibir solos, en especial la sociedad Formica-Maxi Rodríguez, que no gravitaron. Esto hizo que Newell's cayera sistemáticamente en el embudo quilmeño en los 45 iniciales.
Pero en el complemento la postura leprosa mutó, al principio con el mismo 4-2-3-1, de la etapa inicial. La clave estuvo en que se adelantó bastante el doble cinco Mateo-Quignon y allí Newell's controló las riendas del trámite y comenzó generar peligro. La roja de Mateo indudablemente modificó el mapa táctico leproso en la recta final del cotejo. Y es allí cuando llegó el gol de Nacho tras su gran jugada personal y la conversión del penal.
A la hora de hacer los cambios, Osella mandó a la cancha respectivamente a Matos, Sills y Prediger, tres de los recién llegados, y salieron el Gato Formica, Maxi Rodríguez y Nacho Scocco, tres referentes rojinegros. El DT entendió que ya habían dado todo y era tiempo de suplantarlos por lo que pedía el partido, lo que demuestra que nadie tiene la titularidad automática ni mucho menos los 90 minutos asegurados en cancha.
En los minutos finales el dibujo leproso, ya sin Pomelo en cancha, fue un 4-4-1, achicando espacios en la mitad de la cancha y tratando de buscar sellar el partido de contra, como en la oportunidad inmejorable que dispuso Joel Amoroso, que no estuvo lúcido para habilitar a Luis Advíncula que llegaba para tocar la pelota a la red ya en tiempo cumplido.
Osella puede modificar el dibujo táctico de partido a partido e incluso dentro de los 90 minutos. Siempre prioriza lo que entiende "demanda" la coyuntura del partido para sacarlo adelante.
El último domingo cuando movió las fichas acertó, la apuesta le salió bien, corrigió errores de la etapa inicial y terminó logrando una victoria justa.
Claro que de local, cuando dentro de dos fines de semana reciba a Tigre en el Coloso Marcelo Bielsa, tal vez haga algún retoque para tener más profundidad desde el minuto uno.