Por fuera de los circuitos establecidos por el municipio y lejos de los bulevares, las ferias populares suman cada vez más puestos. Comúnmente llamadas "saladitas", en Rosario ya hay por lo menos siete ferias estables que contribuyen a la economía de unas 4 mil familias. En el Concejo Municipal, se presentó ayer un proyecto para regularizar la actividad de estos mercados y rápidamente sembró polémica.
La propuesta del justicialista Eduardo Toniolli ingresó ayer al cuerpo. La iniciativa lleva además las firmas de Caren Tepp (Ciudad Futura), Celeste Lepratti (Frente Social y Popular), Lorena Giménez (Partido del Progreso Social), Norma López (Frente para la Victoria) y Marina Magnani (Unidos y Organizados).
Básicamente, se busca que el municipio garantice un espacio para el funcionamiento de estos mercados que, desde los primeros meses del año, han mostrado un importante crecimiento. Situación que "exige su regulación, ordenamiento y asistencia por parte del Estado local", según advierte el proyecto.
"Promovemos que las ferias tengan una organización interna y puedan regularizar su situación", explicó Toniolli y apuntó que "frente al crecimiento de las ferias, el municipio no permanece ausente. De una u otra manera, a través de Control Urbano o de la Guardia Urbana (GUM), negocia, pacta y ordena. Lo que queremos hacer es que esas acciones sean lo más transparentes posible y mejorar la convivencia con los vecinos, ordenando el entorno, el estacionamiento, la limpieza y la estética de la feria".
La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular está realizando un censo de las distintas ferias que existen actualmente en la ciudad. Ya se detectaron siete espacios donde, con días y horarios fijos, funcionan mercados donde se ofrecen artículos de indumentaria, para el hogar, artículos para mascotas, juguetes o alimentos; sean artesanales, industrializados, nuevos o usados.
"Desde enero hasta esta parte, todas han crecido en cantidad de puestos e incluso están apareciendo nuevos lugares. Estamos viendo mucha gente que antes iba a comprar y ahora se acerca a vender", explicó Marcos Mizzi, referente de la confederación.
Si bien la feria de la plaza Homero Manzi del barrio Saladillo, popularmente denominada La Saladita, es la más masiva; también hay ferias populares en Ludueña (Velez Sarsfield y Liniers), parque Oeste (Barra y Riobamba) y Casiano Casas (Casiano Casas y Baigorria); además de las conocidas como del Chaco (Chaco y Vélez Sarsfield), del Tanque (Rouillón y Maradona) o El Eucaliptus (Seguí al 5300). En total, se estima, la economía de unas cuatro mil familias depende parcialmente de estos mercados.
Para entender la magnitud del número, basta compararlo con los registros de las ferias promovidas por el municipio. Entre las 24 que funcionan en el corredor ribereño, en parques y los centros municipales de distrito, suman unos 3.500 puestos (ver aparte).
La propuesta. El proyecto presentado por Toniolli propone regularizar la situación de estas "ferias populares", aquellas que agrupan a productores y comerciantes minoristas de cualquier rubro y funcionan de manera periódica, regular y programada en un espacio público.
La iniciativa busca formar una comisión de feriantes en cada uno de estos espacios. Este grupo será el encargado de suscribir un convenio con la Municipalidad en el que se establecerán las condiciones para el funcionamiento de la feria.
Por ejemplo días y horarios de funcionamiento, el ordenamiento espacial, la propuesta estética de la feria y sus puestos, los criterios para el mantenimiento, limpieza e iluminación del predio, la disposición de sanitarios, el ordenamiento de vehículos, la provisión de agua potable, recolección de residuos, la electrificación con tableros con disyuntor y térmica y todo lo referido al acondicionamiento del lugar.
La Secretaría de Economía Solidaria del municipio será la dependencia que llevará adelante la gestión de permisos, el registro de ferias y feriantes, las actividades y el rubro al que se dedican.
Cada comisión de feriantes deberá redactar un estatuto o reglamento de funcionamiento interno, en el cual se establecerá la conformación y forma de elección de sus miembros, duración de los cargos, las pautas de convivencia y el régimen disciplinario.
Asimismo, el municipio promoverá la incorporación de los feriantes al monotributo social u otra categoría superior y acompañará la gestión de trámites para la obtención de la personería jurídica y la constitución como asociación civil de las comisiones de feriantes que así lo requieran.
Lo mismo para los puestos comercialicen productos alimenticios que deberán contar con los permisos correspondientes otorgados por el Instituto del Alimento que certifiquen la correcta manipulación de alimentos.