La ex sede del club barrial Las Flores de Cañada de Gómez, en calle Laprida 358, es protagonista de históricos reclamos de los vecinos porque todos los días, de 23 hasta las 5 de la madrugada, se escucha música a gran volumen, ruido de vehículos que entran y salen, más riñas que ocurren frecuentemente.
La zona es tierra de nadie, dicen los que viven en el lugar. "Hay roturas de propiedades privadas durante la noche y hasta se amenazó a periodistas que comentaron lo que ocurre", afirman.
Los vecinos cuentan que "el club, por intermedio de raros manejos, sin considerar el estatuto de fundación de la entidad, ni tener en cuenta a los socios históricos, en la década del 2000 quedó en manos de un señor llamado Daniel Monje, hoy ya fallecido. Luego de años de reclamos por ruidos, riñas, infracciones de tránsito y desmanes de todo tipo, en mayo del 2015, se clausuró el local a través de Bromatología, no por ruidos molestos, ni por alterar el orden. Sin embargo a los pocos días, la jueza de Faltas, revirtió la clausura en tiempo récord", recordó uno de los habitantes del lugar, que por seguridad pidió conservar su identidad.
Así fue que las actividades volvieron a reiniciarse, sin solución de continuidad para pesar de los vecinos, que reiniciaron los reclamos. Cabe destacar que en el entorno al local hay casas de familia, con personas adultas mayores, algunas enfermas y además viven varios menores de edad.
De toda esta situación, los vecinos dieron cuenta al senador departamental Hugo Rasetto, al jefe de policía, a la intendenta Stella Clérici y a los concejales de todos los partidos de la ciudad. No obstante, y hasta el momento, no hubo una solución, afirman.
Los más afectados
Los habitantes del lugar describen que "en las casas lindantes al local viven, por un lado, una pareja de ancianos, uno de ellos con limitación motriz. Hacia la derecha habita una mujer joven con su bebé, y enfrente se levanta una casa donde viven una pareja también con un bebé".
Asimismo, afirman que la actividad de este local es de "todos los días, de 23 hasta las 5 de la madrugada y que a la música a gran volumen, se suma el ruido de vehículos que entran y salen, más ocasionales desmanes, como riñas —intentaron acuchillar a una persona, hace días—, se rompen propiedades privadas. A la noche, ésto se convierta en tierra de nadie".
Otro vecino manifestó que "si bien los reclamos han sido hechos por ruidos molestos y se denunciaron en la comisaría, tanto la policía como el municipio no se hacen cargo de la situación, dejando a los habitantes de este barrio céntrico librados a nuestra suerte".
Algunos vecinos además contaron que "hay periodistas locales, que han estado investigando este y otros casos similares en la ciudad, que han recibido amenazas e incluso uno sufrió un atentado como le ocurrió a Emanuel Soverchia, quien fue amenazado, y el 1º de julio de 2016 le dispararon cuatro balazos que impactaron contra la vivienda del trabajador de prensa, a las tres de la madrugada, mientras dormía con su familia. La investigación está a cargo de la fiscal Graciela Tulián, perteneciente al Ministerio de la Acusación Cañada de Gómez".
en pie. El local sufrió en su momento una clausura pero volvió a abrir.