El caso de San Jorge, donde alumnos de un colegio se trenzaron a golpes, grabaron las imágenes y las subieron a las redes sociales, puso de relieve una realidad que se vive en distintos lugares de la provincia, donde sólo en 2016 los equipos socioeducativos debieron intervenir en 890 casos de violencia, ocurridos tanto dentro como fuera de las escuelas.
Así lo reveló el Ministerio de Educación de la provincia, cuyos responsables alertaron sobre el crecimiento de este tipo de invervenciones por el aumento de la violencia entre los jóvenes. "En los últimos dos meses tuvimos un pico de estas situaciones", admitió esta semana Federico Paggi, secretario de Gestión Territorial de la cartera educativa. El funcionario explicó que Educación interviene mediante equipos socioeducativos, conformados por profesionales de distintas áreas, como psicólogos y trabajadores sociales. Y reveló que en lo que va del año ya hay "un número importante" de hechos violentos, con un "pico de estas situaciones en los últimos dos meses".
Tal como lo publicó La Capital el pasado jueves, la comunidad de San Jorge se vio alterada por la publicación en las redes sociales de imágenes de peleas protagonizadas por chicas que estudian en una escuela secundaria de la ciudad. Los videos mostraban cómo el grupo de adolescentes se agarraban a los golpes en el patio y en la vereda de la Escuela de Educación Técnica Nº 475 Francisco González Zimmermann, mientras los compañeros tomaban imágenes que luegon subieron a WhatsApp.
El caso encuentra numerosos antecedentes que tuvieron repercusión pública muy recientemente. Pero algunos fueron más impactantes por el hecho de haber sido registrados por los celulares y difundidos en la web, donde incluso se viralizaron. Esta particularidad, reveló Paggi, "se ha dado más en localidades pequeñas que en grandes ciudades, lo que no quiere decir que los sucesos no tengan la misma preponderancia". Y afirmó que los equipos socioeducativos intervienen mediante un protocolo "para ver si las alumnas pueden volver a reinsertarse en el curso o necesitan más tiempo".
Según el funcionario, los casos violentos están vinculados, en general, con situaciones sentimentales ligadas a los alumnos y trayectorias familiares, hasta casos mas complejos "como la relación con organizaciones delictivas del entorno".
Otros casos similares al de San Jorge, y de los que también dio cuenta este diario, se produjeron en Casilda, pero allí una jueza tomó una resolución ejemplificadora. Es que en esa ciudad, la divulgación en las redes sociales de imágenes de peleas pactadas y protagonizadas por chicas que asisten al secundario se convirtió en una extraña moda. Frente a un caso puntual, la jueza de Menores Cristina Pecoraro dispuso en septiembre del año pasado una serie de medidas que debieron cumplir dos adolescentes que acordaron una pelea callejera. Les prohibió por un tiempo prudencial el acercamiento entre ellas, les ordenó distanciarse de los amigos que alentaron la gresca, esmerarse en el estudio y presentar en el juzgado sus libretas de calificaciones. Y al mismo tiempo, instó a los padres a que les impidieran el uso de las computadoras para fines que no fueran educativos y a salir de sus domicilios los fines de semana.
Y en mayo de este año, se dio una situación de las mismas características, pero en Rufino, donde dos chicas se pelearon y las imágenes fueron subidas a la red Facebook. Y en el mismo mes, una gresca entre dos alumnas tuvo lugar en la escuela Nº 632 Gabriel Carrasco, de Rosario. El video fue filmado por los compañeros del curso.
"El problema de la violencia escolar no es nuevo, pero hoy las redes sociales lo potencian muchísimo, aunque el problema empieza en el aula", advertía por entonces el responsable de la asociación civil "Si nos reímos, nos reímos todos", Arístides Alvarez. A su juicio, "el peligro de las redes sociales es cómo se viraliza y cómo el que agrede se escuda detrás de una pantalla".
Respecto del caso de San Jorge, la delegada de la Región VIII de Educación, Ivana Pace, reveló que se abordó la problemática de los vínculos violentos a través del programa Abre Vida-Lazos. "En este caso puntual lo hicimos con el equipo socio educativo a través de un protocolo de intervención que tiene la provincia para abordar sucesos de este tipo. Aunque el programa es amplio, este es un caso de violencia dentro de la escuela que requiere el trabajo conjunto de los especialistas, el equipo directivo, profesores y toda la comunidad educativa", aseguró.