El caudillismo y el ansia de perpetuidad, pero también el liderazgo, la experiencia acumulada y la confianza del electorado, y hasta la falta de alternativas de recambio, son algunos factores que explican el fenómeno de los supuestos barones de Santa Fe: intendentes y presidentes comunales con varios mandatos sobre sus hombros, a veces en pueblos tan chicos donde la gente elige a quien cree que administrará mejor las arcas, más allá de los colores políticos.
En algunos casos, estos hombres y mujeres llevan acumulados hasta 30 años en el poder (cuando se habla de jefes comunales), y hasta 18 en el caso de los intendentes. Pero a la hora de analizar cada liderazgo, las cosas no explican de la misma manera. "Todo se fue logrando con la continuidad del gobierno que hoy está sólido, con mucha experiencia. Estamos en nuestro mejor momento", resume Carlos De Grandis, intendente de Puerto San Martín.
Tal como lo publicó LaCapital en su edición del 9 de este mes, y bajo el título "Santa Fe también tiene sus propios barones", un informe de la Fundación Libertad y la Red Federal de Políticas Públicas daba cuenta de que hay once intendentes que cursan su segundo mandato, diez que van por el tercer período, cinco por el cuarto y uno por el quinto. La situación respecto de los presidentes comunales resultaba aún más curiosa: en 32 comunas, los jefes del Ejecutivo están cumpliendo su cuarto mandato, en 15 transitan su quinto período, en 14 su sexto, en 22 su séptimo, en nueve su octavo, en nueve su noveno, en cuatro su décimo, en cuatro su 11º, en cuatro su 12ª y tres van por su 15º.
Más chicas, más permanencia
Con el foco puesto en los gobiernos comunales se detecta que las localidades que cuentan con mandatarios en el ranking de permanencia son de las más pequeñas, entre 25 y hasta 1.300 habitantes, donde el vecino responsable cumple de las funciones más diversas. La más chica es Eustolia, ubicada en el departamento Castellanos. Su ex jefe comunal, Jorge Ruffino, murió al mando en octubre pasado cumpliendo su gestión número 15; desde entonces, continúa al frente Daniel Giordano, uno de sus colaboradores desde el año 1987.
Giordano reconoció que la tarea es ardua: "Me levanto a las 5.30, a las 6.45 estoy en la comuna hasta las 13. Y a las 15 ya regreso. Al ser tan pequeña la localidad no tenemos encargados. Es decir que tengo que hacer el mantenimiento de los caminos rurales, las herramientas, los bancos, y todo me toca todo a mí". El pueblito tambero tiene 25 residentes permanentes en el casco central, aunque en total rondan los 180 con el área rural. Al evaluar el porqué de la permanencia en el poder por tantos años de Ruffino, el jefe reemplazante indicó: "La gente dice que si estuvo tantos años es porque era una buena persona. Hacía muchos favores, no por ser presidente comunal, siempre los hacía".
Otra de las localidades que cuenta con treinta años del mismo referente es Theobald, administrada por Angel Paolucci. La comunidad agrícola ganadera consiguió conquistar espacios y servicios en los últimos años, según define el mismo jefe comunal, quien destaca además el crecimiento urbano: "Tuve la suerte de lograr muchas cosas para este pueblo, cuando llegué era un pueblito que no llegaba a las cuatro manzanas, hoy se triplicó". Y tras el repaso de gestiones, abrió un nuevo panorama de reflexión: "Pienso trabajar otro período más y ya es suficiente. Si tuviese una persona que pudiese llevar el pueblo adelante, ya estaría dejando hoy. Es un pueblo chico y cuesta. Hay gente que puede ser, pero no quiere".
Sargento Cabral, dentro del departamento Constitución, es coordinado por Juan Carlos Pérez desde 1989; en ese entonces, arribó con un plan claro que se cumplió: "Quería hacer una obra de gas que en su momento era bastante difícil porque la red troncal estaba lejos, pero logramos una alternativa que inauguramos en el 93", detalla Pérez, que permanece en funciones hasta el día de hoy. Luego, indica que la totalidad de su tiempo está destinado a la localidad: "Estoy abocado pura y exclusivamente a la comuna. Si bien tengo campo, estoy dedicado a la gestión. Porque la gente me lo sigue pidiendo".
Al momento de pensar en un relevo para su cargo, siempre aparece el escollo de la persona indicada. En palabras del mandatario de Sargento Cabral, "lo hemos planteado más de una vez, siempre voy pregonando para que se sigan haciendo cosas como se han hecho en los últimos tiempos. Espero que el sucesor sea alguien con vocación de servicio, con ganas de trabajar".
El debate de los barones en las localidades de baja densidad poblacional se presenta hasta el momento más como necesidad que como opción, aunque mientras en Eustolia no hubo más que en una ocasión otra alternativa en las elecciones, en Theobald o en Sargento Cabral todos los años los ciudadanos debieron dirimir entre más de una opción y eligieron al mismo referente.
Con el debate de la posible modificación de la constitución provincial que propone un tope de reelección con la ampliación a cuatro años en las comunas, los tres referentes se mostraron conformes. Por un lado, Paolucci se queja de la cantidad de veces que se debe concurrir a las urnas: "Estamos de elecciones en elecciones y hay cosas que así no cierran. Aparte de la cantidad de dinero que se destina". Mientras que Pérez, de Sargento Cabral, duda: "Creo que está bien que sea una sola reelección, pero depende de la gente que siga queriendo que una persona continúe trabajando para su pueblo".
Municipios, otra realidad
Las municipalidades cuentan con otras características, ya que los equipos de trabajo se diagraman con mayor cantidad de personal. El intendente de Puerto San Martín, Carlos de Grandis, reconoce luego de dieciséis años de gestión: "Muchos plantean el desgaste, pero yo puedo asegurar que estamos en mejor momento de la historia de este proyecto, son los mejores años de los doce anteriores". Al tiempo que descarta que su permanencia sea por evitar el crecimiento de otras alternativas: "Yo no piso a nadie, cada uno está en su secretaría creciendo". Luego cambia el eje hacia el electorado: "La gente no vota a un partido, ni por un bolsón, sino que vota porque quiere vivir mejor, quiere seguridad y hay un montón de cosas que le reclama al sector político que las resuelva". Y dispara: "Tenés que estar desde las siete de la mañana a las siete de la tarde, con vocación de servicio".
"Siempre decíamos, comparando con los que habían estado dieciocho años antes de nuestra asunción, que éste iba a ser un gobierno de veinte años", rememora el intendente. Y continúa: "La gente no te regala absolutamente nada si no trabajás al respecto. Cuando ingresamos estaban todos los servicios en el centro y en los barrios no había gas, ni agua ni cloacas ni iluminación". En consecuencia, remata: "Todo se fue logrando con la continuidad del gobierno que hoy está sólido, con mucha experiencia".
El intendente de San Jorge, Enrique Marucci, es más tajante. "No es correcto imponer por ley un límite a la voluntad popular", dice el más antiguo de los jefes municipales que ocupa el cargo desde 1998, en referencia a la iniciativa de modificar la Constitución provincial para limitar los mandatos de presidentes comunales e intendentes.
"Siento orgullo de trabajar por la comunidad y esto de permanecer tanto tiempo es simplemente el resultado de aportar todos los días para mejorar la ciudad. Es el reconocimiento de toda la comunidad, del equipo que me acompaña, de los empleados municipales y de todos los que de una forma u otra permiten que esta gestión se lleve adelante", afirma, y agrega: "Estoy bien y contento a pesar de que a veces no podemos resolver todos los problemas pero tenemos la convicción de poner las mejores intenciones.
Para él, "es importante haber permanecido siempre en contacto con la gente, con sencillez y humildad. Hace 18 años que soy intendente y voy a terminar con 21. Entré el 30 de diciembre del 1998", recuerda, aunque aclara que tiene 33 años como funcionario público. "Soy un hijo de las reelecciones y por lo tanto las pondero. El pueblo tiene el derecho a elegir y hay que preservar y no limitar esa decisión. Quienes quieren poner coto a la democracia con una ley son los que nunca ganaron una elección porque no tienen manera de llegar y quedan fuera del sistema. La democracia se formó para eso, para elegir y ser elegido con total libertad y los límites los debe poner la gente. No la ley", enfatiza.
El titular del Ejecutivo de la ciudad más populosa del departamento San Martín asegura que "a San Jorge la permanencia del gobierno le dio buenos resultados. En esta ciudad se planificó un programa de gobierno que fue efectivo. En lo que a mi me compete, la administración pública, el mantenimiento de la planta urbana, la prestación de servicios y la obra pública fueron ejecutados con éxito durante todos estos años. En el período en que gobernó la Unión Vecinal —30, si se suman los de Muriziasco— a la ciudad nunca le faltó nada".
En síntesis, para Marcucci, "si sos malo, la gente te saca, no te lo perdona. Y para que eso se entienda hay que analizar las elecciones de concejales. A nosotros nunca nos fue muy bien en ese ámbito. La gente vota de una forma a la hora de elegir al intendente porque vota a la persona pero al mismo tiempo impone control eligiendo a otros en el legislativo. En 2015 tuvimos la mejor elección de todos los tiempos. Pero mi candidato a primer concejal salió último, no tuvo la misma performance que la elección para intendente y creo que fue una forma que impuso el electorado para equilibrar el poder", reflexiona.
Finalmente, y ante la consulta sobre otra postulación para el mismo cargo el intendente sanjorgense dijo: "Las personas cumplen sus ciclos, cambian los objetivos y llega un momento en que hay que dar un paso al costado. Eso no significa que uno se aleje de la política, sino por el contrario, dar paso a nuevas ideas y quizás contribuir con mi conocimiento a la ciudad y por que no, a la provincia".
Son los que duran, los que siguen. Y más allá de cualquier especulación, tienen sus argumentos para justificar tantos años en el poder.