El faltante de sillas de ruedas en el hospital Eva Perón, de la localidad de Granadero Baigorria, llevó a que tanto en la guardia como otros departamentos de ese establecimiento se utilicen equipos de traslado de personas "artesanales" fabricados con una silla de plástico de camping montada sobre una estructura de hierro.
Según explicó Guillermo Gassmann, representante de la cooperadora ante el concejo de administración del Eva Perón, hace bastante tiempo que recurren a ese tipo de sillas ya que es un tema "complicado", porque las tradicionales "faltan, no se cuidan, se pierden y muchas otras se roban".
Ante esta situación, y los robos constantes de esos materiales ortopédicos desde el hospital, comenzaron a usar las sillas plásticas. Se trata de cinco unidades que fueron donadas hace un año y medio aproximadamente por el Centro de Integración Liber y Solidario de Argentina (Cilsa), una ONG fundada en 1966 que trabaja por la inclusión social, y que se utilizan "para uso interno" dentro del enorme edificio sanitario que funciona en la localidad vecina a Rosario.
A la hora de explicar porqué se utilizan sillas que a primera vista parecen precarias y poco sólidas, Grassmann reiteró que la situación más grave que enfrentan son los reiterados robos que se registran de equipos perteneciente al hospital.
Esto incluso llevó a que se decidiera soldar las partes metálicas de las sillas tradicionales para que no pudieran plegarse, y así dificultar los potenciales hurtos.
El cooperador explicó que las sillas donadas por Cilsa "están adaptadas" para un uso hospitalario y no fueron hechas en el momento para salir del paso de alguna situación de urgencia.
"Están bien hechas, tienen ruedas como las otras, y hasta un apoyapie", argumentó tras explicar que en determinados horarios "la gente se desepera" por poder utilizar algún equipamiento móvil que pueda ayudar en el traslado de los enfermos.
Consultado sobre su utilidad en el caso de pacientes de contextura grande, aclaró que en esos casos se recurre a las sillas tradicionales.
En Buenos Aires
Lo del Eva Perón tiene un antecedente. Hace dos años se difundió que en el hospital Argerich de Buenos Aires se utilizaban sillas de rueda de plástico iguales, también donadas por Cilsa.
En ese momento el entonces subsecretario de Planificación Sanitaria del ministerio de Salud de la ciudad de Buenos Aires, Néstor Pérez Baliño, dijo que las sillas eran "feas pero muy útiles", y que al haberse tratado de una donación "las aceptamos".