El hombre que golpeó brutalmente a su esposa y la tuvo sin comer durante una semana en Rafaela también abusaba de la hija de ésta, una nena de 13 años que fue hallada junto a su madre agonizante el martes pasado. Un hecho que, para Marcela Romagnoli, Directora de la Agencia Provincial de Investigación sobre Trata de Personas y Violencia de Género, fue "el peor" que le tocó observar "en 30 años de trabajo".
El sujeto de 48 años, cuyas iniciales son J. L. C., quedó en prisión preventiva en el marco de una investigación que encabeza la fiscal Angela Capitanio por el sometimiento físico y psicológico que sufrió la mujer. Así lo resolvió el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Alejandro Mognaschi, en el marco de una audiencia llevada a cabo ayer en la que la fiscal Capitanio solicitó la medida cautelar.
Los delitos que se le imputaron fueron reducción a la servidumbre; lesiones graves dolosas agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género, y abuso sexual agravado por acceso carnal. Además, se le atribuyó la autoría del delito de abuso sexual simple agravado (por el aprovechamiento de la convivencia preexistente) en perjuicio de la hija de su pareja.
Tal como lo publicó La Capital en su edición del jueves, una mujer de 40 años fue hallada agonizante en una precaria vivienda de Rafaela, luego de haber sido golpeada en todo el cuerpo durante más de una semana, y tras varios días sin ingerir ningún alimento. La víctima estaba acompañada por su hija de 13 años, quien también fue rescatada y puesta bajo custodia oficial.
El hallazgo se produjo el martes, antes de las 19, cuando agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) sobre Trata de Personas y de la Dirección Provincial de Políticas de Género irrumpieron, junto con efectivos de otras fuerzas de seguridad, en la casa, con la presencia de la fiscal Capitaneo.
Ese mismo día, a las 18, la PDI fue informada por vecinos del barrio sobre unos gritos desgarradores provenientes de una precaria vivienda de la zona de Villa Sur, en la cabecera del departamento Castellanos, situación que, denunciaron, estaba ocurriendo desde hacía una semana. Según los testimonios, la víctima estaría siendo sometida a brutales castigos físicos.
La policía llegó al lugar encontró a la mujer, M. S., de 40 años, y su hija de 13, y arrestó al marido de la víctima, identificado como J. L. C. de 48 años.
Allí se constató que la mujer tenía siete costillas quebradas a golpes, un pulmón comprometido y hematomas con escoriaciones en todo el cuerpo. Pero además, presentaba un cuadro de inanición por falta de ingesta de alimentos que dataría, por lo menos, de una semana atrás.
Los delitos que investiga la fiscal Capitanio fueron cometidos por el imputado desde fines de mayo de este año —fecha en la que comenzó a vivir con la víctima y con la hija de la mujer— hasta el martes 26 de septiembre. "Todo lo vivido por la mujer fue el resultado de un sometimiento constante y un permanente menoscabo a su dignidad", señaló la fiscal.
La pareja vivió en un primer momento en un campo situado en la localidad de Sarmiento, en el departamento Las Colonias, y luego se trasladó a la vivienda ubicada en el asentamiento Villa Sur, de Rafaela. "Desde que comenzó la convivencia, el hombre redujo a servidumbre a la mujer y la sometió psicológica y físicamente: decidía las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ella transcurría su vida", aseguró Capitanio.
"Aberrante"
"Es un hecho aberrante. La verdad es que en mis 30 años de profesión es la primera vez que me encuentro con una situación tan desagradable y triste", dijo en los estudios de Rafaela Noticias Marcela Romagnoli, directora de la Agencia Provincial de Investigación sobre Trata de Personas y Violencia de Género, quién dio a entender que esto fue lo peor que le tocó observar en 30 años de trabajo.
La funcionaria contó cómo la encontraron y sobre el grado de las lesiones en la víctima: "Era una mujer tirada en una cama, visiblemente llena de golpes, casi sin habla", contó, y recordó que se la debió hospitalizar inmediatamente a causa de su lamentable estado.
En tanto, la fiscal Capitanio manifestó que el imputado "decidía cómo y cuándo debían tener relaciones sexuales —incluso contra la voluntad de la víctima—; resolvía cuándo la mujer podía salir o quedarse en la vivienda y con quién se podía relacionar. Además, se apoderó de su documento y de su tarjeta de débito de cobro de asignaciones familiares, por lo que disponía de sus ingresos económicos. Como si fuera poco, también la privó de comunicarse libremente con su entorno familiar, laboral y social, y la obligó a realizar trabajos domésticos cuando su estado de salud no se lo permitía a raíz de los golpes que él mismo le había propinado".
Por último, Capitanio confirmó que "en este contexto, el imputado también cometió delitos contra la integridad sexual en perjuicio de la hija de su pareja, una adolescente menor de edad".