Honda preocupación causó en los vecinos que viven a la vera del arroyo Saladillo el desmoronamiento de parte de la barranca a la altura de La Quebrada que se ubica en la prolongación de la calle Hungría, de Rosario, a metros del parque Regional Sur. Si bien, tal como lo informaron las autoridades de Defensa Civil, no hubo evacuados, los vecinos del lugar dieron cuenta del retroceso del salto de agua de La Quebrada y la caída de un importante sector de la barranca, socavadas por la crecida que se dio en las últimas horas por las copiosas lluvias.
"Escuchamos una estampida grande anoche (por anteayer) entre las 10 y las 12", relataron los vecinos que señalaron a LaCapital la decena de metros de barranca que se llevó el arroyo.
También relataron que no hubo evacuados y que los derrumbes no afectaron las precarias viviendas que se erigen en el lugar, ya que "hace dos meses sacaron a las personas que estaban en los lugares más peligrosos".
En ese sentido, desde el año pasado se avanzó en la relocalización de muchos lugareños —unas 33 familias—, pero aún varias personas todavía residen allí pese al peligro que supone el lugar, expuesto a las inundaciones.
Autoridades provinciales y municipales confirmaron que están "monitoreando la situación" pero no hubo necesidad de evacuar.
El hecho de que las lluvias parecen haber amainado, hace prever que el caudal del Saladillo vaya bajando lentamente con el correr de los próximos días y que la situación actual irá mejorando.
Los pescadores baqueanos del lugar indicaron que "las casas que quedan no van a tener problemas", ya que "la mayoría fueron sacadas" y relocalizadas meses atrás. Mientras cocinaban en un disco de arado un guiso con postas de moncholo y patí, y trozaban papas para añadir, señalaron que "el arroyo se va comiendo la barranca todo el tiempo", pero que la cota "está bajando", apuntando a la marca máxima de la crecida de las últimas horas, la cual estaba unos tres metros por arriba del nivel que exhibía ayer por la tarde.
Alimañas. El problema que más parece afectar a los vecinos es la pobre infraestructura con que cuenta la zona: "Desde la última crecida tuvimos promesas, vino gente de la Municipalidad (de Rosario) pero no han hecho nada", se quejaron.
Explicaron que "el agua es un problema cuando crece, pero también es cuando baja porque cuando termina la lluvia empiezan a aparecer las alimañas, ratas, alacranes, víboras", enumeraba una vecina.
También señalan las "montañas de basura que se juntan en el lugar y los yuyales que crecen entre las viviendas y el cauce del Saladillo. "Toda esta basura que quedó aquí es de las viviendas que sacaron" donde vivían las familias relocalizadas meses atrás. Además, se quejaron del barro, que impide el acceso de vehículos, y la nula iluminación.