Aquella promesa electoral del por entonces candidato a presidente Mauricio Macri se terminó de escurrir como arena entre los dedos. Hace 14 meses había dicho que "no pagarán más impuesto a las ganancias los trabajadores". Sin embargo ayer se empezaron a definir los trazos principales de la ley que regulará el tributo a la cuarta categoría, y surge que el universo de argentinos que pagan Ganancias se mantendrá sin cambios cuando la nueva ley se aplique.
La buena noticia —según como termine plasmada la letra fina el próximo martes en el recinto— será la aplicación de una escala progresiva. Los que hoy pagan alrededor de dos mil pesos mensuales terminarían pagando cifras muy por debajo de los mil pesos por mes.
Siempre que se imponga el esquema de dictamen que presentó un sector de la oposición que normalmente acompaña al oficialismo (Frente Renovador, bloque Justicialista y los pequeños bloques agrupados en Progresistas), pero que en este caso firmó dictamen propio, bloqueando el del gobierno, que no puede prosperar sin alianzas.
"No aceptamos que ni un trabajador que hoy no paga Ganancias empiece a pagar con la nueva ley", advirtió ayer Marco Lavagna (FR) en un plenario de la comisión de presupuesto, en Diputados.
De todos modos, el dictamen del oficialismo —por ahora "de mayoría"— contempla un impacto suave a la base de los aportantes de Ganancias, agrava a los sueldos muy altos, pero aumenta el número total de aportantes. El punto que el FR dijo que no aceptará. La negociación seguirá abierta, y todo indica que Cambiemos cederá posiciones y buscará un dictamen común para evitar una derrota. Un escenario políticamente inconveniente.
El rosarino Luciano Laspina (PRO) presidió ayer el plenario en el Anexo de Diputados. Buscando acercarse a las demandas de los otros bloques, propuso modificaciones: sumar un impuesto a las máquinas tragamonedas de las casas del juego de azar, la posibilidad de deducir ingresos a inquilinos —vivienda única— hasta un tope del 40 por ciento del monto mensual, y deducción por los cónyuges a cargo, entre otras mejoras. Laspina, que en poco tiempo desarrolló muy buena muñeca y mejor diálogo con todos los bloques, disparó a los opositores, en especial a FpV: "¿En 12 años no se les ocurrió proponer una deducción para inquilinos?". La estocada fue para la voz cantante del bloque opositor mayoritario, Axel Kicillof, quien había denunciado que el debate era "insólito".
El diputado de La Cámpora agregó que "el presidente en campaña engañó al electorado con una promesa falsa, y ahora estamos discutiendo un proyecto donde podría pagar más gente que antes".
Luego Kicillof anunció que el FpV impulsará un dictamen propio que propone aplicar el gravamen al 10 por ciento de los sueldos registrados más altos. Obteniendo los datos, año tras año, de la Afip, a través del informe del Sipa (Sistema Integrado Previsional Argentino), que revela todos y cada uno de los sueldos registrados de el país.
En resumen, el mínimo no imponible para el caso de casados con dos hijos se ubicaría cercano a los 45 mil pesos (sueldo bruto), según el dictamen opositor con más chances de converger con el oficial. Quedarían excluidos de manera permanente los aguinaldos (el medio aguinaldo del próximo fin de año ya fue excluido) así como las horas extras (un reclamo de los diputados sindicales).
"Que el PRO haya prometido sacar el impuesto y ahora que es gobierno lo imponga denota que no sabe gobernar, pero que el resto de la oposición, que no gobierna —FR, BJ, Progresistas— nos haya perseguido a nosotros (gobierno anterior) durante años con el impuesto a las ganancias y ahora propongan seguirlo manteniendo es realmente incomprensible", fustigó el ex ministro de Economía de Cristina Fernández.