La historiadora británica Mary Beard acercó la historia clásica al gran público a través de series documentales en televisión y esa labor fue ayer reconocida en España con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
La historiadora británica Mary Beard acercó la historia clásica al gran público a través de series documentales en televisión y esa labor fue ayer reconocida en España con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
"La obra de Mary Beard demuestra un extraordinario talento para convertir un saber especializado en conocimiento accesible y relevante para el gran público", destacó el jurado del galardón, reunido en la ciudad de Oviedo.
En el acta del premio, que el pasado año fue para la economista francesa Esther Duflo, se distinguió también su "sobresaliente contribución al estudio de la cultura, de la política y de la sociedad de la antigüedad grecolatina" y su capacidad para "integrar el legado del mundo clásico" en el presente.
Nacida el 1 de enero de 1955 en la pequeña localidad inglesa de Much Wenlock, esta clasicista de larga melena canosa y amplia sonrisa es autora de libros como "Una historia de la Roma antigua" (2016), "Pompeya" (2008) o "El triunfo romano" (2007), y especialista en hacer llegar su especializado conocimiento al gran público. Es catedrática de la Universidad de Cambridge, responsable de varias series documentales de televisión emitidas en la BBC y una de las figuras intelectuales europeas más influyentes en la actualidad.
A lo largo de su carrera ha escrito una docena de libros, entre ellos obras de referencia como "El triunfo romano" (2008) y Pompeya (2009). Es autora, además, del conocido blog "A Don's Life" y colabora regularmente en la radio.
"Me siento muy honrada —y siento a la vez mucha humildad— al recibir este prestigioso premio", expresó ayer en un comunicado difundido por la Fundación Princesa de Asturias, que otorga los galardones que se entregarán en octubre en Oviedo, en el norte de España.
"Mirando hacia atrás, a los anteriores galardonados, casi no puedo creer que esté en tan ilustre compañía. Tengo muchas ganas de acudir a la ceremonia de entrega y de encontrarme con mis amigos y colegas españoles. De hecho, ¡casi no puedo esperar!", añadió.
Tras licenciarse en Artes en el Newnham College de Cambridge, Beard se doctoró en 1982 con una tesis sobre Cicerón y, al comprobar que muchos de sus compañeros de universidad cuestionaban el potencial académico de las mujeres, adoptó un punto de vista feminista.
El Princesa de Asturias se suma a otras distinciones que atesora, como el Wolfson History Prize (2008) por su obra "Pompeya", el premio de la Classical Association (2013) y la Medalla Bodley (2016).
En 2010 fue elegida miembro de la British Academy y, un año después, entró en la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias.
El Princesa de Asturias de Ciencias Sociales es el tercero de los que ocho premios que se fallarán este año, tras el de las Artes, otorgado a la actriz española Núria Espert, y el de Comunicación, que fue para el fotoperiodista estadounidense James Nachtwey.
Considerados los Nobel españoles, estos galardones con más de tres décadas de historia están dotados con 50.000 euros (unos 55.700 dólares) y una escultura de Joan Miró. Serán entregados en octubre en una ceremonia presidida por los reyes Felipe VI y Letizia.
Esta eminente latinista ha sido siempre una encendida defensora del papel que las lenguas clásicas deben tener en la enseñanza.
"No queremos olvidar lo que somos. Europa no solo viene de Roma o Grecia, está formada por muchas más influencias; pero sería muy grave que perdiésemos la capacidad de leer a Virgilio en latín, perderíamos algo muy profundo si eso ocurriese", aseveró.
Las obras de Mary Beard son importantes por su capacidad para explicar aspectos novedosos de temas que se conocen bien. Siempre explica algo de lo que se sabe, pero también expone lo que se ignora.
Sus estudios sobre Calígula (ella siempre se refiere a él por su verdadero nombre, Cayo Julio César Augusto Germánico, Calígula quiere decir botitas y era su apodo) llevan a una inquietante conclusión: ¿Fue depuesto porque era un mal emperador, un sádico asesino, o porque fue depuesto, sus sucesores necesitaban justificar el golpe y por eso lo describieron como un sádico asesino cuando en realidad no era peor que otros gobernantes?