"Silenciosamente la gente se está quedando sin trabajo, vemos un escenario muy parecido al de los 90 y nos tiene muy preocupados". El secretario general de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza, Guillermo Moser, criticó duramente la política económica del gobierno nacional y rechazó el veto presidencial a la ley de emergencia ocupacional sancionada por el Congreso. Consideró la movilización del 29 de abril como un hito del movimiento obrero y reivindicó la "unidad en la acción" de las organizaciones sindicales. El dirigente, que estuvo en Rosario para participar de las jornadas sobre el mundo del trabajo en el siglo XXI, abogó por la unificación de la CGT pero "a partir de un convencimiento sobre el rol que tiene que cumplir y no como un amontonamiento".
— Cómo evalúa la política económica del gobierno nacional?
— Lo que cambió el país en cinco meses es una cosa de locos. Estamos muy preocupados porque vemos que silenciosamente la gente se está quedando sin trabajo. No sólo aumentan los despidos que salen abiertamente a la luz sino que también cayeron los trabajos de las cooperativas. Hay muchísimas cooperativas que dejaron de prestar servicio a partir del 31 de diciembre. Ni hablar del impacto de la política económica en los comercios, con la inflación y la caída del consumo. Con menos ventas, el achicamiento se produce por el lado de los trabajadores. Hay que ponerse a la altura de las circunstancias, por lo que está sucediendo a nivel país. Actualizar lo que estamos haciendo respecto del tema paritario, el tema de los despidos, la inflación, el impuesto a las ganancias, el 82% móvil para los jubilados. Son todos temas que llevan a la organización a sentarse y debatir. El gobierno anterior fue muy criticado por los decretos pero el presiente vetó la ley antidespidos, que es un paliativo para tratar de contener la situación laboral. Dicen que no hay despidos pero llevaron el seguro de desempleo de 400 a 3.000 pesos. Estaba en 400 porque no había necesidad de cobrarlo. Vuelve una situación que parecía que ya se había superado en Argentina.
— ¿Y cómo se posiciona la Federación de Luz y Fuerza frente a este escenario?
— En Luz y Fuerza, en un plantel de más de 25 mil trabajadores, más del 30% tiene menos de 30 años. Hubo un gran recambio generacional. Así veníamos. Ahora está habiendo una recesión. El aumento de tarifas fue muy importante. Nosotros sabíamos de que había que tener un aumento gradual. Pero esta suba fue enorme y entonces los empresarios reducen la producción para reducir el consumo. Y falta el impacto pleno del aumento del gas. Un empresario que antes pagaba 7 mil pesos de luz hora paga 20 mil, igual a un empleado menos. Estamos viendo un escenario igual que en los 90. A eso le tenemos mucho miedo. Por eso nos movilizamos y nos reunimos con otros gremios. Hoy Luz y Fuerza no tiene despidos pero somos solidarios con mercantiles, la Uocra, la UOM. Porque sabemos que tarde o temprano nos va a tocar a nosotros.
— El gobierno niega que exista una ola de despidos, y además asegura que la economía va a repuntar en el segundo semestre. ¿Entiende que esto va a ser así?
—El día que se firmó el acuerdo con empresarios para no despedir, muchos de esos mismos ejecutivos estaba despidiendo gente. Si el gobierno cree que vamos a entrar en Disneylandia en el segundo semestre, ¿qué necesidad tenía de vetar la ley antidespidos? Una ley que además contemplaba plazos más largos en su texto original, que se achicaron a seis meses. Y la vetó igual. En estos meses sólo hemos visto medidas para los grandes empresarios y para el movimiento obrero sólo vimos despidos. Mucha gente quizás votó a Macri porque estaba enojada por el impuesto a las ganancias sobre el salario. Pero nosotros sabíamos que este era el plan de gobierno del PRO. Megadevaluación, inflación galopante, despidos. El movimiento obrero tiene que sentarse y discutir estos temas y plantear sus reivindicaciones.
—El movimiento sindical se vio obligado a tomar protagonismo tempranamente. ¿Esto va a tener impacto en la política gremial?
—La movilización del 29 de abril fue una de las más importantes de los últimos años. Estuvimos en contra de un plan que va en contra del movimiento obrero. En el escenario de las grandes centrales gremiales, nosotros no coincidimos, por ejemplo, con las CTA, porque están en contra del modelo sindical que nosotros practicamos. Pero nos juntó el espanto. Luz y Fuerza están en la CGT que conduce Antonio Caló. Nosotros fuimos a la movilización en contra del modelo que excluye al movimiento obrero. Hoy hay como ocho organizaciones representativas del movimiento obrero: las tres CGT, las dos CTA, la federación de transporte, la federación de energía, y el Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa), que reúne a n grupo de dirigentes en el cual está Omar Viviani, de taxistas, la gente de Smata, Telefónicos, nosotros y otros 60 sindicatos.
—¿Ve una CGT unificada este año, el gremio promueve alguna candidatura?
—Tenemos mandato expreso de trabajar para la unidad del movimiento obrero. Esto significa unirnos a partir del convencimiento del rol que tiene que cumplir la CGT. No queremos un amontonamiento sino una unidad con sentido. No hablamos de nombres. Hablamos de la unidad en la acción. Porque los problemas los tenemos todos.
"No hay que repetir los errores de los 90"
El secretario general del sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, Alberto Botto, advirtió que las centrales sindicales no deben repetir el "error histórico de los 90", cuando muchas "brillaron por su ausencia" mientras el gobierno de Carlos Menem implementaba el ajuste.
"Cuando hay un conflicto, las organizaciones sindicales tienen que estar ahí, porque en los 90 la CGT brilló por su ausencia en los conflictos y la defensa de los trabajadores fue asumida por otras organizaciones, lo que a su vez generó un recelo contra la organización que duró muchos años", dijo.
El sindicato de Luz y Fuerza integra el Movimiento Sindical Rosario junto a sindicatos como mercantiles, bancarios, Smata, UOM y Municipales, entre otros. "Desde el principio nos preocupamos por las actitudes del gobierno, que empezó con el ataque a la ley de medios y siguió con la devaluación,la inflación y los despidos". De todas las reivindicaciones del sector, el dirigente subrayó la pelea por las fuentes de trabajo.
"No vemos indicadores de reactivación y lo que va a ocurrir en el segundo semestre nos preocupa aun más", enfatizó y aclaró que aunque en el gremio que conduce no está sufriendo despidos por el momento, "si esto sigue así tarde o temprano nos va a llegar".
"Tenemos información de que muchas empresas de la zona están renegociando contratos de provisión de energía con rebaja de potencia, eso significa menos producción y menor necesidad de trabajadores, es la entrada a un círculo vicioso del que es muy difícil salir", dijo. En ese sentido, señaló que el movimiento obrero rosarino debe unirse pero ponerse al lado del trabajador y, cuando haya un conflicto, estar ahí".