En el reordenamiento hubo actuaciones dispares
En el reordenamiento hubo actuaciones dispares
La expulsión de Teo Guiérrez puede que haya condicionado o trastocado la matriz que ideó el Chacho Coudet. Justo cuando pintaba para que sea la noche del colombiano. Por eso habrá sido quizá que las líneas canallas terminaron distantes, aunque lejos de dejar una mala imagen. Porque en definitiva Central se volvió con un punto para nuestra ciudad cuando en la previa y primer tiempo era número puesto al cachetazo.
La zaga central actualizó viejos fantasmas. Salvo los laterales, el resto de los intérpretes tuvieron una oscura noche. Y eso atenta contra la voluntad de tratar de consolidar una idea y maquillar las ausencias de viejos conocidos que tantas satisfacciones le dieron al equipo.
Mientras que el mediocampo fue muy irregular. Recién salvó la ropa cuando entró Camacho. El ex Racing le inyectó su impronta y protagonizó una de las acciones más polémicas que ofreció este partido. A la vez, José Luis Fernández fue otro de los que hizo pie en una zona donde Boca plasmó su jerarquía individual y colectiva.
En tanto, Marco Ruben fue el Llanero Solitario. Sobre todo tras la particular expulsión de su compañero Teo Gutiérrez. El goleador sumó más millas, porque fue de un lado hacia otro sin parar, que gol. Tal vez, el escaso aporte de Lo Celso fue otro de los motivos por el cual Central no pudo hacer más. Claro, no perdió ante este xeneize que venía tumbando rivales sin importar la talla. Pero deberá seguir ajustando la maquinaria porque sigue en deuda con su juego.