Tras la preocupación reflejada por directivos y socios de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) en torno a la negativa a levantar la quiebra dictada en 2004 por la Justicia, la entidad madre en la Argentina también admitió que volvió a agitarse el fantasma de la perdida de sus bienes inmuebles. "No hay entidad que haya honrado sus deudas como la ACJ. Tenemos derecho a que el expediente se analice con mayor profesionalidad", destacó el secretario general Norberto Rodríguez. Ahora, la suerte de la sede y el camping de Oliveros está en manos de la Cámara de Apelaciones en lo civil.
Tras un proceso extenso que logró el salvataje de la entidad deportiva y cultural, la Asociación pudo sanear sus números, cuenta hoy con mil socios y busca resolver un litigio laboral con 16 ex empleados a quienes les depositó en el juzgado civil de la 6º nominación 1,3 millón de pesos y ofreció un aval bancario para resolver las indemnizaciones.
Sin embargo, en junio pasado, el juez Néstor García determinó la realización de los bienes, lo que dejaría a la ACJ, según sus integrantes, a un paso de su liquidación.
Ayer, el YMCA (órgano madre en el país) se hizo eco de la preocupación que ya había repercutido en Senadores de la provincia. "En su momento nos interesamos que no se enajenasen los bienes y sospechábamos que detrás había un intento de maniobra inmobiliaria. Hoy tienen mil socios, están saneados, tienen 30 empleados y entendemos que están dadas las condiciones para levantar la quiebra", indicó el secretario general de YMCA Norberto Rodríguez.
Ante la apelación interpuesta por la ACJ a la decisión del juez García de realizar los bienes, el magistrado dio lugar al recurso ante la Cámara de Apelaciones "donde confiamos que se analice con seriedad el expediente y con una mirada más prolija", auguró Rodríguez para agregar: "Esta sospecha de maniobra inmobiliaria nunca se fue del todo, el fantasma de la liquidación sigue dando vueltas. La sede es una propiedad muy apetecible pero no se puede enajenar un inmueble de 90 años de historia casi como un capricho cuando además hay disposición a pagar". Los dirigentes recordaron que el abogado que representa a los 16 ex empleados nunca presentó una propuesta de pago formal ante los Tribunales. Y esto fue uno de los factores que dilató los tiempos de resolución.
Para los dirigentes nacionales, la ACJ es hoy una institución recuperada "que tiene que ver con la cultura de Rosario, pero parece que la defendemos más nosotros desde Buenos Aires, que el propio juzgado que tiene las actuaciones", cerró Rodríguez.
En tanto, este jueves a las 16 está prevista una visita de la Dirección de Clubes del municipio con el fin de interiorizarse de esta nueva situación. La cita será en su local de Catamarca 1247.
Emblema del ADN rosarino, la entidad se fundó un 20 de diciembre de 1929. En 2001 entró en concurso preventivo al haber acumulado un pasivo de un millón de pesos. El principal acreedor fue la propia Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
En 2004, quien estaba a cargo del juzgado civil de la 6ª nominación, Graciela Abraham dictó la quiebra de la institución pero la encuadró dentro la ley de fideicomiso de entidades deportivas.
Quien jugó un rol estratégico a la hora del salvataje patrimonial fue justamente la YMCA Argentina
Dejar al margen la enajenación de los bienes patrimoniales de la ACJ de Rosario le permitió salvar su sede central de Catamarca 1247 y un campamento de seis hectáreas en Oliveros.
Una vez que la ACJ hizo su propuesta de pago, el juzgado civil actuante dispuso la extinción del fideicomiso de administración por vencimiento de plazo y designó a los integrantes del órgano fiduciario y a la ex síndica como liquidadores. Luego dictó la realización de bienes, paso previo a la liquidación.