Los abusos de niñas y adolescentes, que muchos casos se producen dentro de sus ámbitos familiares y tienen como consecuencia embarazos no deseados, lejos de disminuir en la provincia continúan siendo una problemática "recurrente"; y en el caso de Rosario mantiene un porcentaje de incidencia de entre el 20 y el 22 por ciento, sólo teniendo en cuenta los casos que llegan a la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes.
Así lo planteó la titular del organismo, Analía Colombo, al tiempo que manifestó su "preocupación por el número de casos de violencia sexual en todo el territorio provincial", y apuntó que en muchas de estas situaciones la Defensoría está interviniendo de oficio.
Ajustar las actuaciones del Estado en todos sus niveles y hacer hincapié en la prevención a través del programa de Educación Sexual Integral, estuvieron entre las mejoras consideradas por la funcionaria.
La información registrada en el último informe del Observatorio de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia de Santa Fe detalla que las situaciones de violencia fueron a lo largo de 2014 la problemática principal que atraviesa las situaciones atendidas en la Defensoría, tanto en la delegación Rosario como en la delegación de la capital provincial.
Según ese registro, del total de casos abordados en la ciudad a lo largo del año pasado, el 18 por ciento fueron denuncias de abuso sexual, en tanto en Santa Fe ese porcentaje fue del 22,1 por ciento.
La titular de la Defensoría señaló que se trata de una problemática "recurrente" e indicó que "en el centro norte de la provincia hay una mayor naturalización de las situaciones de abuso".
Sin embargo, las principales ciudades no están exentas, y en el caso de Rosario, indicó que en los últimos años, del total de casos abordados, entre el 20 y el 22 por ciento son denuncias de abuso, y subrayó que se trata de una cifra que no desciende.
Invisible. "El abuso sexual a niñas y niños es una realidad muy invisibilizada", recalcó Colombo, e indicó que "la mayoría de las veces el abusador se encuentra dentro del ámbito familiar o social muy cercano a las víctimas; y es así que las niñas y los niños víctimas de violencia sexual quedan posicionados en una situación tan dolorosa como incómoda: de un lado, los apremia la necesidad del cuidado de esos adultos cercanos; del otro, el exponer sus vivencias y narraciones al momento de la denuncia".
"Muchas de estas niñas sufren abusos perpetrados no sólo por allegados, sino intrafamiliarmente, es decir por sus propios padres, tíos o abuelos, lo que invisibiliza aún más la situación y hace que sólo se publica cuando se conoce a través de los medios de comunicación", señaló.
Además, recalcó que como consecuencia de los abusos aparece otra problemática, que es el embarazo en niñas y adolescentes, que en estos casos son "embarazos no deseados producto de abusos", que pone a las víctimas en un nuevo escenario de vulneración de derechos.
De hecho, en los hospitales públicos de la provincia una vez por día se atiende un parto donde la madre es una nena de entre 10 y 14 años. Las estadísticas oficiales del Ministerio de Salud indican que, cada año, entre el 2 y 3 por ciento de los nacimientos en el sector público corresponden a esa franja etaria. En números absolutos eso significa unos 360 partos anuales, lo que a nivel nacional asciende a 3 mil.