El mal funcionamiento de las ticketeras es la queja más frecuente que los usuarios del estacionamiento medido dejan en la línea 147, de reclamos relacionados con la movilidad. El año pasado, el número gratuito recibió unas 15 denuncias por día hábil contra el servicio de estacionamiento medido, de las cuales el 84 por ciento fue impulsada por aparatos rotos, que se trababan, no emitían tickets o no registraban el ingreso de monedas o cospeles.
El dato lo aportó ayer la secretaria de Transporte y Movilidad del municipio, Mónica Alvarado, en medio de la reunión que mantuvo con concejales de las comisiones de Gobierno, Obras y Servicios Públicos para analizar la extensión por otros tres años del servicio que presta la firma Tránsito Rosario.
El Concejo Municipal deberá decidir si convalida la prórroga con el tiempo jugándole en contra, ya que el próximo 3 de junio vence la concesión.
Con la sala de reuniones del anexo del Palacio Vasallo repleta de gente, Alvarado expuso públicamente las cifras relacionadas sobre el funcionamiento del estacionamiento medido que habían sido requeridas por los concejales en varios pedidos de informes.
"Estamos pidiendo la prórroga porque entendemos que el municipio no puede afrontar el nivel de inversión necesario para prestar el servicio", sostuvo la funcionaria varias veces cuando concejales de la oposición plantearon la posibilidad de que la Municipalidad se haga cargo del sistema de parquímetros.
En este sentido, detalló que en los siete años que se extendieron de concesión, Tránsito Rosario invirtió 46 millones de pesos en máquinas, software y vehículos para poner en marcha el sistema. Y, de aprobarse la prórroga, la firma se habría comprometido a invertir otros 21 millones en mejorar el servicio, que permitió sumar unos 38 millones de pesos durante el 2015 al fondo compensador del transporte.
Según expuso Alvarado, la mayor parte de ese importe (unos 29 millones) fueron en concepto de multas.
La propuesta. La funcionaria reconoció que el funcionamiento de los parquímetros es uno de los costados flacos del servicio. Sostuvo que el 84 por ciento de las quejas que se reciben relacionadas con el sistema de estacionamiento medido se relacionan con el estado de los aparatos. Y comentó que por día hábil hay unas 15 quejas por el funcionamiento del sistema. De todas formas, apuntó, "en el conjunto de consultas que llegan a la línea, no resultan representativas".
Por eso, explicó, la prórroga en la concesión quedará atada a una serie de inversiones para mejorar el servicio. Por ejemplo, cambiar un tercio de las ticketeras (61) que todavía no permiten el pago electrónico o a través de la tarjeta Movi y sumar otros 2 mil parquímetros personales y renovación de toda la señalización en las calles.
Las críticas. Las críticas de los concejales siguieron dos caminos: reclamar conocer los ingresos de la concesionaria, a partir de sus balances, y el escaso control del municipio sobre el funcionamiento del servicio.
Así, Carola Nin (Compromiso por Rosario) y Martín Rosúa (interbloque oficialista) reclamaron que se envíen trimestralmente los números de la empresa; Norma López (Frente para la Victoria) inquirió sobre las objeciones presentadas por el Tribunal Municipal de Cuentas hace tres años y si el municipio multó a la concesionaria, y el radical Jorge Boasso repasó algunas cláusulas del contrato que no se cumplían, por ejemplo acompañar las multas con imágenes fotográficas.
La concejala de Ciudad Futura Caren Tepp volvió a insistir con la iniciativa para municipalizar el sistema, sumando como fiscalizadores a los actuales trabajadores informales que cuidan vehículos en el área central, mediante tarjetas.
Trapitos
El concejal del PRO Gabriel Chumpitaz recordó en la reunión las iniciativas presentadas por su bloque para prohibir la actividad de los cuidacoches en la zona de estacionamiento medido. Por los pasillos del Palacio Vasallo muchos entendieron en el gesto una condición para avalar la prórroga de la concesión.