"Esta fiesta fue la réplica de Time Warp a la que muchos asistimos, y por eso sabemos de lo que hablamos. Hace tiempo no veíamos algo así", indicó Lara Z., una joven que posteó su comentario en el Facebook de La Capital y que luego amplió su testimonio.
Lara hizo referencia al festival de música electrónica que en abril del año pasado dejó cinco muertos por el consumo de drogas sintéticas en un boliche de Costa Salguero, ciudad de Buenos Aires.
Su relato coincidió con el de los demás asistentes. "Hubo hacinamiento, falta de bebidas, estampidas, maltrato policial, golpes y dealers vendiendo por todo el lugar", aseguró.
"En la entrada no había nadie que controlara ni revisara. Nos empujábamos para poder entrar. Adentro no había agua, en los baños tampoco. La que había estaba caliente. Había baños sin techo, armados de forma precaria. La capacidad estaba excedida y sólo había dos ventiladores", detalló.
La productora cerró su página de Facebook tras las críticas.
Sin embargo, quedaron registrados algunos comentarios sobre la fiesta.
"No puedo creer que con semejante DJ tuvieron tan mala organización. No sé cómo no nos morimos apretados en la entrada. Todos como animales, faltaba agua, bebidas. Lamentable", expresó un joven. Un desastre", posteó otro.
Horas más tarde, y al enterarse de la muerte de Giuliana, el propio DJ Sasha mandó sus condolencias para la familia a través de su cuenta personal en la red social Twitter (ver página 7).
Para ese entonces, los funcionarios de Arroyo Seco no podían explicar cómo una fiesta electrónica que está prohibida en su ciudad, se realizó en la madrugada del 1º de enero y convocó a cerca de 3 mil asistentes.
Una vez más, una mezcla de inacción e imprudencia se cobró una joven vida.
bajo la lupa. El boliche de Arroyo Seco, escenario de la tragedia.