"Esto tiene que ver con la falta de mantenimiento". Esa fue la frase contundente de Osvaldo Aymo, un especialista en seguridad vial, luego de conocer las palabras del fiscal Walter Jurado, el responsable de la investigación del choque de dos colectivos de la empresa Monticas en la ruta 33 en el que fallecieron 13 personas y quien confirmó que los primeros informes de los peritos indican que la terrible tragedia se originó en el reventón del neumático delantero izquierdo de uno de los micros, que estaba vencido.
Aymo advirtió la peligrosidad de los choques frontales, la falta de controles que brindan espacios propicios para este tipo de accidentes, y remarcó que los neumáticos tienen una vida útil que debe ser respetada.
"Es muy preocupante el tema de los choques frontales porque terminan directamente con gran cantidad de muertes, o provocando una discapacidad grave. Hay que tratar de evitar el choque frontal, más en rutas como las nuestras que tienen 6,70 metros de ancho, a lo sumo. Y la posibilidad de chocar de frente es realmente muy alta. Eso, sumado a la falta de mantenimiento, generan un combo en que lo más frecuente es la tragedia", analizó Aymo ante la consulta de La Capital.
Este especialista destacó que "más allá de que la normativa es vieja, la legislación está. El problema radica en la falta de controles que deriva inevitablemente en este tipo de episodios trágicos. Queda claro, que nadie controla que se cumpla la legislación vigente".
Según Aymo, se verifican sucesos muy curiosos en nuestro país, y tienen que ver con la riesgosa conducta de algunos argentinos. "Hay cosas gravísimas. Por ejemplo, en la revisión técnica de los colectivos en Buenos Aires, a cinco cuadras había un taller que alquilaba las gomas para que puedan pasar la revisión técnica, y después las devolvían".
Tienen vida útil
Sobre los neumáticos que utilizan habitualmente micros como los que protagonizaron la triste tragedia de la ruta 33, precisó que "tienen una vida útil que está puesta al costado del neumático, que marca claramente la fecha de vencimiento, porque los materiales que tiene se van resecando y se resquebrajan. Por eso tienen una vida útil que hay que respetar. No queda otra".
Y puntualizó: "El hecho de que algunos se arriesguen a seguir usando este tipo de neumáticos, a pesar de que los dibujos ya no tienen la calidad ni la profundidad que deberían, hace que ante una maniobra, pasen estas cosas terribles".
"Por la manera en que avanza la investigación, todo indica que fue un reventón del neumático delantero izquierdo. Y ante una cuestión sorpresiva como un reventón de un neumático, cuando viene supuestamente bien, no se puede hacer nada desde la maniobra del conductor, que seguramente no tuvo margen para nada. Mucho menos en estas rutas tan angostas. Encima, venía el otro colectivo de frente", explicó.
En ese sentido, Aymo contó que estuvo en Barcelona en el año 2015, y recordó que "ellos tenían muchos choques frontales en algunos tramos de sus rutas, y decidieron colocar bloques de cemento como barreras físicas, para que las unidades no se vayan al otro carril. Así no se hubiera evitado el accidente del primer micro, pero no hubiera involucrado al otro colectivo. Además, si un accidente no es de frente, son más altas las chances de sobrevivir".
Sobre la fecha de vencimiento del neumático, que el fiscal remarcó en la rueda de prensa desarrollada ayer que fue fabricado en 2011, y estaba vencido, el experto sostuvo "lo que se debe hacer siempre es respetar lo que dice el fabricante, que tiene la obligación de poner la vida útil en el perfil del neumático. Eso está puesto del momento en que se fabricó hasta ahora".
Entra lo económico
Sobre la declaración del fiscal que habló de una vida útil de 5 años en ese tipo de neumáticos, como los que tenían las unidades de Monticas, el especialista agregó que "debido al uso intensivo, en el sistema de transporte público habría que efectuar los cambios quizás antes. Hay que tener en cuenta que los estándares y parámetros de calidad de los neumáticos son muy estrictos, y por eso colocan la vida útil en su costado. Después, que se respete o no, es otra cosa muy distinta. Es cuestión del usuario, del empresario, y también entra a jugar lo económico. Es lo que hacemos habitualmente los argentinos, con el tema de ahorrar, hacemos cualquier cosa".
"El dinero que se ahorran con falta de mantenimiento y de renovación de materiales, termina tirado en el cementerio", subrayó enfáticamente Aymo, para otorgarle la correcta dimensión a esta problemática en las rutas.