Hoy se desarrollará en Tribunales la audiencia imputativa al conductor de un vehículo acusado de chocar con otro auto, provocar la muerte de una pequeña de 8 años y escapar de la escena del impacto fatal. El accidente ocurrió el viernes pasado en barrio Las Delicias, en la zona sur de la ciudad, y la noticia sacudió a la opinión pública rosarina por la angustiante consecuencia del incidente.
Si bien en algún momento se manejó la posibilidad de realizar la audiencia en la jornada de ayer, lo cierto es que por cuestiones de organización del tribunal, la imputativa tendrá lugar esta mañana, a las 9.
Pablo L. se presentará entonces ante el juez Juan Andrés Dónnola en una causa que hasta el momento figura como homicidio culposo en accidente de tránsito. Y en su defensa contará con el asesoramiento profesional de Daniela Asinari.
En tanto, el fiscal que se encuentra a cargo de la investigación es Walter Jurado.
El trágico episodio conmocionó por completo al barrio Las Delicias. Es que la acción tuvo ribetes tremendos. Sucedió el viernes, alrededor de las 8 de la mañana, cuando Fiorela ya había dejado su casa de Santiago al 5800 y se estaba trasladando a la escuela Paul Harris, situada en Presidente Roca y Madre Cabrini, donde cursaba tercer grado. Quien la llevaba era su hermano, Agustín, de 19 años, que manejaba un Chevrolet Corsa.
En la intersección de Italia y Brandoni, un Chevrolet Agile embistió el auto en el que viajaban los hermanos y la nena falleció. El conductor del Agile, de 31 años, en principio se dio a la fuga, dejó el coche en Laprida al 3600 y más tarde fue detenido por agentes de la policía mientras trabajaba como encargado de un supermercado en la zona sur.
El choque fue un auténtico mazazo para los vecinos de barrio Las Delicias, un enclave de carácter humilde, de gente trabajadora. En esa zona, viven los Velázquez, en una vivienda sencilla de dos pisos, color crema.
Ese viernes, Agustín estaba trasladando a sus hermanos, como de costumbre. Circulaba por Brandoni, y en el cruce con Italia un Agile lo chocó con una violencia trágica. El impacto tuvo tal magnitud que provocó el vuelco del Corsa.
Según el relato de vecinos y testigos ocasionales, Pablo L. se bajó de su auto, contempló la escena de manera distante, se subió al Agile y huyó del lugar del accidente.
En ese marco de estruendo y aturdimiento, un automóvil particular cargó a la pequeña Fiorela y la trasladó hasta el Hospital Roque Sáenz Peña, pero llegó sin vida, debido a los fuertes traumatimos que sufrió en el cráneo, las costillas y el rostro.
El escape del conductor del Agile fue extraño.
El muchacho estacionó en Laprida al 3600 y luego caminó una cuadra para llegar hasta un supermercado en el que trabaja como encargado.
Más tarde el auto fue secuestrado y el joven detenido por la policía, en el marco de una causa que fue caratulada como homicidio culposo de la nena de 8 años, agravado por darse a la fuga, junto a las lesiones que le provocó a los hermanos.