El presidente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Miguel De Godoy, firmó ayer en Rosario un convenio con la intendenta Mónica Fein por el cual las partes se comprometieron a iniciar acciones para mejorar la calidad de la conectividad por telefonía celular. Además, se pondrá la lupa en el control de los comercios dedicados a la compra y venta de equipos usados, con la idea de detectar aquellos celulares denunciados como robados.
La agenda de acciones conjuntas pasará entre otros ítems por el rastreo de aparatos robados o sustraídos mediante la comprobación del número de Identidad Internacional de Equipo Móvil (Imei).
Nación y municipio también se comprometieron a adecuar y modificar la normativa y ordenanzas locales para aggiornarlas a los cambios de la tecnología involucrada en la prestación de los servicios de telefonía.
Un punto fundamental serán los controles periódicos que efectuará el Enacom de las exposiciones a radiofrecuencias estipulados en la normativa específica del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación y asesorar y colaborar en los procedimientos de adecuación y disposición tanto de estructuras como de predios.
En diálogo con La Capital De Godoy brindó detalles.
—¿Cuáles son los objetivos del convenio firmado con Fein?
—El intercambio de los equipos técnicos y en el aporte de la aparatología del Enacom con respecto a la medición y el despliegue de antenas en Rosario. También trabajar sobre la problemática de los celulares robados, con una línea de trabajo en base a la experiencia en Argentina y en Colombia.
—¿Cuál es el diagnóstico que tiene sobre la telefonía celular en Rosario?
—Rosario no escapa al contexto general de las grandes urbes. Quizás quedó en el tiempo con respecto al despliegue de antenas en relación a Buenos Aires y Capital Federal. Existe un error de creer que cuando se habla de despliegue de antenas es para sacar fotos o enviar texto. Por el contrario, tiene que ver con la inclusión o no. Lo que en un momento igualaba era la educación o la salud. Hoy se suma como igualador la interconexión. Estar desconectado es condenar a un sector a la marginalidad. Hoy te deja afuera de la cancha. Entonces el Estado no puede permitirse que esto pase y el privado tampoco, por ello se debe trabajar juntos.
—Se señala que las antenas de celulares serían productoras de enfermedades. En este sentido, la legislación local acompañó esta preocupación y hoy existen más dificultades para instalar una antena. ¿Cómo resuelven esta preocupación y que tiene que decir en relación a la nueva tecnología?
—No está acompañada de una casuística. Hoy existe tecnología para saber lo que irradia cada antena, más allá de que cada antena debe ser homologada por el Enacom y acompañada por informe del Ministerio de Salud. Hemos hecho mediciones y estamos mucho más abajo de que la radiación puede generar algún perjuicio. Puesto a funcionar un tiempo prolongado un microondas puede generar más radiación que la antena ubicada a distancia.
—¿Hacen falta más puntos de enlace entonces?
—Pongo un ejemplo. En la avenida 9 de Julio y en Puerto Madero se pusieron muchas antenas que no se ven, porque son mucho más chicas y con una tecnología más avanzada. No podemos quedarnos 30 años atrás.
—¿Dónde estamos parados hoy en conectividad en Argentina?
—Un 40 por ciento de la población de Argentina está conectada y el resto no. Aspiramos al 100 por ciento. El Estado está conectando 839 localidades con el satélite Arsat, y se está haciendo un plan para conectar a todas las escuelas del país.
—Muchos de los usuarios de telefonía celular se quejan porque se cortan las comunicaciones, y se habla "en cuotas".
—Se tiene que resolver, y contractualmente lo deben hacer las compañías.