Los Cines del Centro fueron el escenario de la ceremonia de premiación del 24º Festival de Cine Latinoamericano de Rosario, que arrancó el 8 de septiembre pasado. Durante diez días y en diez salas, la ciudad dio albergue al cine de todo el continente. Cientos de producciones audiovisuales se dieron cita en Rosario, invitándonos a conocer relatos e historias de América Latina en la pantalla grande.
El Festival de Cine Latinoamericano fue organizado por la Municipalidad de Rosario a través del Centro Audiovisual Rosario y cuenta con el apoyo y colaboración del gobierno provincial y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
Luego de la ceremonia de premiación, tras dar a conocer a los ganadores de las distintas competencias y categorías, se exhibió el documental Los Ganadores, de Néstor Frenkel, que a partir de la observación de un mundo de premios amateurs a artistas y comunicadores, se propone reflexionar acerca del éxito y la felicidad.
"Al silencio", de Mariano Cócolo (Mendoza) fue seleccionado como el mejor cortometraje del Festival. La ficción cuenta la historia de una despedida y del viaje de un hombre al corazón de la montaña.
El jurado, integrado por los directores Alejandro Venturini (Argentina) y Alejandro Fernández Almendras (Chile) y la productora Verónica Cura (Argentina), consideró que "el proyecto posee una sólida propuesta audiovisual que conjuga el poder de la imagen y la belleza del paisaje".
"La precisión de la puesta en escena y la música en función de una historia sencilla, humana e intensa, contada con un ritmo firme, y una idea cinematográfica clara, augura el nacimiento de un cineasta con una voz propia", agregaron.
Además, de entre los 65 cortometrajes que participaron de la competencia oficial, se otorgó una mención especial a El Buzo, de Esteban Arrangoiz (Ciudad de México).
También se entregaron premios por género. El premio al mejor experimental fue para "O mal", de Carlon Hardt (Curitiba, Brasil) por su búsqueda de traspasar las barreras narrativas utilizando un icono del cine clásico.
La mejor animación seleccionada fue Onión, de Juan Pablo Zaramella (Buenos Aires) por su calidad narrativa con un guión sólido y una estética que entremezcla animación con acción real de una forma original y orgánica pocas veces logrado en el cine.
La mejor ficción fue Centauro, de Nicolás Suárez (Buenos Aires), por "abrir con humor y desparpajo nuevos caminos cinematográficos que enlazan estilos y mundos disímiles".
Y el mejor documental fue para Gemelos (Buenos Aires), de Pablo Radice, por la elección y presentación de personajes singulares, que transitan por temas complejos a través de recursos poco utilizados.