A casi siete años de la firma del contrato que dio inicio a la construcción del nuevo Centro de Justicia Penal, el gobernador Miguel Lifschitz entregó ayer a las autoridades del Poder Judicial las llaves del edificio de más de 14 mil metros cuadrados que se levanta en la manzana de Sarmiento, Rueda, Viraroso y Mitre. A partir de allí, se abre un período de cuatro meses para que el Ministerio Público de la Acusación (MPA), la Defensoría y la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) concreten el traslado a los nuevos espacios que recorrió LaCapital. Eso sí, por ahora, serán sólo los funcionarios y empleados de primera instancia del fuero penal los que se mudarán al nuevo edificio, ya que los camaristas seguirán trabajando en el Palacio de Tribunales.
Pensado y diseñado por la Unidad Ejecutora de Proyectos de Arquitectura de la provincia (Uepa), el nuevo centro se levanta en casi toda la manzana que durante más del un siglo ocupó el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), aunque en su frente sobre Sarmiento hay un espacio verde donde se conservan las antiguas palmeras del hospital. El ingreso estará en la esquina de Sarmiento y Rueda.
El edificio tiene planta baja y dos pisos, además de un subsuelo. "Ya está listo y con los servicios básicos funcionando, sólo restan que se hagan las conexiones de los sistemas de internet y la instalación del mobiliario", aseguró el inspector de la Uepa, Eduardo Rozas.
Lo cierto es que a poco de cumplirse los 7 años de la firma del contrato que dio inicio a las obras, Lifschitz presidió ayer el acto en el que entregó la llave del edificio al presidente de la Corte Suprema, Daniel Erbetta. Un convenio suscripto entre ambos estipula a partir de ahora un plazo de 4 meses para que el edificio esté en pleno funcionamiento.
En la base se construyó un subsuelo que alberga las salas de máquinas, áreas de servicio y una cochera para un centenar de autos, pero también un ingreso desde Rueda para móviles con imputados, e incluso una decena de celdas para albergarlos en el exterior y otra veintena en el interior del edificio, y la sala de reconocimiento.
La circulación de los imputados está pensada en forma autónoma para que desde allí puedan subir por 2 ascensores a las partes traseras de las salas de audiencia que se encuentran en el primero y segundo piso, en todos los casos con celdas específicas para que esperen y desde allí tengan un ingreso a las salas.
En el hall central se instalarán las mesas de entrada de la OGJ y del Ministerio Público de la Acusación. En el primer y segundo piso los espacios estarán distribuidos en alas. El lado del edificio sobre calle Virasoro, la ocuparán los fiscales y empleados del MPA, en tanto sobre Rueda, estará el sector de la Defensa y los despachos destinados a los jueces.
También en esas plantas están distribuidas las salas de audiencia y de juicios orales, las más chicas con capacidad para 30 personas, otras para 60 personas y las más grandes, previstas para juicios orales de mucha concurrencia, con una doble altura que permitirá la presencia de casi un centenar de personas; además de cámaras Gesell.