La Municipalidad abrirá las ofertas económicas para la remodelación del anfiteatro municipal Humberto de Nito el 16 de enero, que implicará un salto cualitativo para el espacio municipal: se colocará una techo metalizado que permitirá cubrir el escenario en caso de lluvia. Además se construirán rampas para discapacitados y se mejorarán camarines y baños. El presupuesto ronda los 16 millones de pesos.
Lugar emblemático de la cultura rosarina, el anfiteatro cuenta con una capacidad de unos 4.500 espectadores y fue inaugurado en 1971 bajo el nombre de Teatro Griego. El proyecto realizado por los arquitectos Gimenez Rafuls y Solari Viglieno pasó luego a llamarse Humberto de Nito, en memoria del compositor rosarino nacido a fines del siglo XIX en Rosario.
A partir de esta semana, la municipalidad publicará los pliegos para la ejecución de un plan tan ambicioso como necesario. Las obras comprenden la ejecución de una cubierta metálica para el escenario, la construcción de rampas para el acceso de equipos y pasarelas de servicio.
También se realizarán reformas para mejorar los interiores ubicados detrás del escenario (camarines, baños, oficinas internas) y se adecuarán los baños públicos. La apertura de ofertas económicas está prevista para mediados de enero con un plazo de ejecución inferior a un año.
De no mediar sorpresas y tras la presentación de empresas interesadas, desde la Secretaría de Obras Públicas municipal se estimó que luego de un período de revisión del Tribunal de Cuentas, y demás órganos de auditoría, la adjudicación y comienzo de obras se dará recién a partir de marzo, coincidente con la finalización de la temporada estival programada por la Secretaría de Cultura.
"Además de la realización de accesos para discapacitados otro punto importante será la no cancelación de espectáculos, ya que el escenario quedará a resguardo y se podrán llevar adelante las actividades programadas", destacó la titular de Obras Públicas, Susana Nader, a LaCapital al estimar que las reformas estarán habilitadas para el verano que viene.
Una gran visera
La nueva cubierta metálica quedará con una superficie de 340 metros cuadrados. "Se realizarán reformas para mejorar interiores y se adecuarán los baños públicos. Se contempla adaptar la obra a personas con movilidad reducida, tanto para que puedan acceder con facilidad a los espectáculos como para poder utilizar los servicios. También está prevista la colocación de una reja perimetral de cerramiento del predio con los portones de acceso correspondientes", especificó Nader.
Los trabajos tienen un presupuesto oficial de 16 millones de pesos y está prevista la apertura de ofertas económicas correspondiente al llamado licitatorio para mediados de enero.
Nader explicó que la Municipalidad inició un proceso de trabajos para evaluar el estado del anfiteatro y elaborar un plan integral del que participaron las Secretarías de Planeamiento, de Cultura y de Obras Públicas, con el objetivo de adecuar la estructura edilicia a nuevas necesidades y demandas.
En tal sentido, el secretario de Cultura y Educación rosarino, Guillermo Ríos, consideró que "el anfiteatro municipal es una obra muy querida por toda la ciudad y ponerla en valor es fundamental, no sólo para sostener a las instituciones manteniéndolas a lo largo del tiempo sino para adecuarlas a nuevas exigencias que tienen que ver con demandas atendibles, como sucede en el caso de hacerla accesible para los diferentes públicos".
Cada año se realizan allí actividades, programadas por la propia Municipalidad o por productores privados que desarrollan allí parte de su agenda de espectáculos. Esto suele darse durante el verano, cuando los números artísticos que traen productoras a la ciudad hacen que el anfiteatro permanezca con un vallado perimetral.
"Si bien la temporada fuerte del lugar transcurre entre la primavera y el verano, en el anfiteatro se programan actividades todo el año y poder valorarlo como obra y capital de los rosarinos es un compromiso que nos propusimos asumir y para el que venimos trabajando desde el mes de marzo", continuó Ríos.
En julio del año pasado, el Sindicato de Músicos denunció el "profundo estado de abandono" de este espacio cultural al que se le habían realizado intervenciones "tan cosméticas que al poco tiempo todo volvió a estar igual". Y ese estado de cosas salta a la vista: la cubierta del piso del escenario deteriorada, grietas y fisuras entre los escalones marcan el rostro de un testigo de los últimos 40 años de la historia musical rosarina. Tras las quejas y reuniones entre artistas y funcionarios todo parece estar encaminado a un futuro más promisorio.